Ciencia

Definida la estructura de una proteína de guisante que evita el daño celular

Investigación de las universidades de Almería, Granada y Miguel Hernández de Elche

Guisante lágrima
Guisante lágrimaGuisante lágrimaGuisante lágrima

Un equipo de investigación de las universidades de Almería, Granada y Miguel Hernández de Elche (Alicante) ha definido la estructura de una proteína de guisante que evita el daño celular.

Este equipo, también perteneciente a la Estación experimental del Zaidín y el Instituto de Química Física Blas Cabrera, ambos del CSIC, el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, y la empresa ProtQSAR, ha obtenido por primera vez la estructura tridimensional de una proteína llamada "tiorredoxina tipo m" de guisante.

Este compuesto interviene en el desarrollo de las raíces, la respuesta inmune al ataque por patógenos e insectos y el control de la actividad de otras sustancias claves.

Por ello, conocer la forma que tiene abre nuevas vías para desarrollar aplicaciones en áreas como la agroalimentación, la medicina o la farmacología.

La tiorredoxina (TRX) es una proteína que se encuentra presente en multitud de organismos, desde bacterias hasta humanos, y ejerce papeles esenciales para la vida al proteger a las células del estrés oxidativo que causa su deterioro o muerte y participar en una variedad de procesos biológicos.

Existen diversos tipos, dependiendo de su localización en la célula, y la protagonista de este estudio aparece concretamente en plantas y está localizada en los "cloroplastos", que son los órganos celulares responsables de la fotosíntesis, un proceso en el que la materia inorgánica y la luz del sol se transforman en nutrientes y dióxido de carbono.

Los resultados que muestra el trabajo permitirán el desarrollo de nuevas estrategias para adaptar la funcionalidad de esta molécula a las necesidades de distintos campos de conocimiento y a comprender su cometido en otros organismos.

Los expertos plantean múltiples posibilidades para la aplicación de esta proteína en diversas especialidades como, por ejemplo, en el tratamiento de semillas para reducir la respuesta alérgica al trigo.

También para regular procesos tumorales en células humanas, por su papel en la regulación del estrés oxidativo, ha informado este jueves la Fundación Descubre.

Proponen, incluso, la generación de energía limpia, con la creación de nanosensores que absorban los electrones originados en las reacciones químicas en las que interviene la TRX.

Conocer la estructura de una proteína en un organismo concreto es como tener un mapa que permite explicar cómo se relaciona con otros componentes en la célula y que guía para poder desarrollar estas aplicaciones.

"De esta manera, hemos definido por primera vez la estructura tridimensional de esta macromolécula y hemos estudiado su interacción con fructosa-1,6-bisfosfatasa (FBPasa), una enzima clave en la fotosíntesis y que modula ciertas reacciones en plantas y otros seres vivos con el objetivo de producir glucosa y equilibrar el contenido de azúcares en el organismo", ha indicado la investigadora de la Universidad de Almería Ana Cámara, autora del artículo.