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Un año del 19-J: la mayoría absoluta que consolidó el cambio en Andalucía

El Gobierno andaluz ha ahondado en la agenda reformista pese a un incierto contexto económico marcado por la inflación. La sanidad y Doñana han ensombrecido la gestión

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en una reunión del Consejo de Gobierno en San Telmo
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en una reunión del Consejo de Gobierno en San TelmoLa RazónLa Razón

Cuando el presidente de la Junta, Juanma Moreno, llegó a la sede del partido en la sevillana calle San Fernando el 19 de junio del año pasado, poco antes de que cerraran los colegios electorales, en el seno del PP andaluz ya sabían que iban a ganar por mayoría absoluta. En la misma semana de los comicios las encuestas internas ya daban este histórico resultado. Durante esa noche, desde la planta alta del edificio se festejaban los últimos diputados populares como si fueran goles. Finalmente fueron 58, otorgando al PP su primera mayoría absoluta en Andalucía y consolidando así el cambio político que comenzó cuatro años antes, cuando la coalición PP-Ciudadanos, con el apoyo de Vox en la investidura, acabó con casi 40 años de hegemonía socialista.

Un año después, la agenda reformista continúa a pesar del incierto contexto económico, derivado de la guerra en Ucrania y la inflación, y por las consecuencias de la sequía en todos los sectores productivos. Amenazas que, sin embargo, no han lastrado el crecimiento de Andalucía, con un mercado de trabajo que sigue dando muestras de vigor. El paro se ha ido reduciendo. Según los últimos datos, correspondientes al mes de mayo, el número de desempleados asciende a 707.319 en la comunidad autónoma, 51.138 menos que en el mismo mes del año pasado, poco antes de la convocatoria electoral.

El Gobierno andaluz ha ahondado en las rebajas fiscales, que fueron santo y seña de la primera legislatura. Después del verano anunció que se suprimía el impuesto de patrimonio, un gravamen que ha venido suponiendo «un freno a la inversión». También la deflactación del tramo autonómico del IRPF. De esta manera, Andalucía es la segunda comunidad española con menos impuestos tras Madrid.

El diálogo con las distintas fuerzas políticas y con los agentes económicos y sociales se ha mantenido durante este año. Prueba de ello es el pacto social que suscribió el Ejecutivo con la patronal y los sindicatos UGT y CC OO. Sus medidas movilizan 8.840 millones de euros, la mitad de esta cantidad para acciones urgentes que componen «el mayor escudo social de la historia de Andalucía», según señaló Moreno. Un total de 3.370 millones se invierten en el sistema público de atención primaria, que contará durante el resto de la legislatura con el 25 por ciento del presupuesto anual de sanidad.

Precisamente, este ámbito ha sido una de las sombras en este arranque de la legislatura. La Consejería de Salud publicó una orden de precios que tenía como objetivo tarificar la concertación de los servicios sanitarios. La oposición cargó duramente contra esta iniciativa, agitando el fantasma de la privatización en la atención primaria. El Sindicato Médico convocó una huelga con escasa repercusión, mientras que la responsable del ramo, Catalina García, intentaba explicar que la inversión en la sanidad pública se había multiplicado desde que el PP llegó a San Telmo. Finalmente, la Consejería rectificó y retiró la atención primaria de la orden y acordó con las centrales, salvo el Sindicato Médico, una serie de mejoras, como la renovación hasta septiembre de los 12.000 eventuales cuyos contratos finalizaban en junio y avances en la programación de agendas con 35 citas para medicina de familia y 25 para pediatría.

En cuanto a la agenda legislativa, en este último año han visto la luz iniciativas que quedaron pendientes en el anterior periodo de sesiones del Parlamento andaluz. Es el caso de la Ley de Atención Temprana, que garantiza que los menores de seis años con trastornos tengan acceso a una prestación en condiciones de igualdad. Otras leyes que han visto la luz recientemente son la de Función Pública, la de Policías Locales o la de Economía Circular. Si hay una medida por la que el Gobierno andaluz ha sido duramente cuestionado esa ha sido la regulación de regadíos en el entorno de Doñana. La iniciativa provocó el rechazo frontal del Gobierno central, que alentó el boicot a la fresa de Huelva. La Junta, no obstante, se muestra abierta a modificar la norma si existe una alternativa «viable».

En el plano político, las elecciones autonómicas afianzaron el cambio en Andalucía y fijaron tendencias que se han confirmado en los recientes comicios municipales. El PSOE se encuentra sumido en una profunda crisis y su líder, Juan Espadas, está más cuestionado que nunca, sobre todo tras la reciente pérdida de las capitales andaluzas. Ciudadanos ha desaparecido del panorama político y los partidos a la izquierda del PSOE esperan que el «efecto Yolanda» cristalice. El PP-A, por su parte, se ha convertido en una pieza clave en el proyecto nacional del partido y Moreno en un barón popular con más peso.

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