Patrimonio
Así es el espectacular sepulcro de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla
Cuatro grandes heraldos representantes de los cuatro reinos españoles sostienen el féretro
La confirmación de que los restos que se encuentran en la Catedral de Sevilla son los de Cristóbal Colón ha vuelto a poner de relieve el espectacular sepulcro del descubridor, uno de los reclamos más destacados del primer templo hispalense. Los restos están en este enclave desde 1902. El monumento se hizo en 1891, dentro de los fastos para la conmemoración del IV centenario del descubrimiento de América en 1892. Sin embargo, no fue este el primer (ni el segundo) sitio donde reposaron.
En un primer momento se pensó que el lugar definitivo sería la capilla de Nuestra Señora de la Antigua de la Catedral de Sevilla, tal vez recordando las palabras de Diego Colón en su testamento de 1509, sin embargo la gran cantidad de enterramientos en dicha capilla hubiera provocado que, con el peso del mausoleo colombino, se hubiera deteriorado todo. Con la intervención del autor del monumento, Arturo Mélida, se decidió por colocar la tumba junto al gran mural de San Cristóbal de la Catedral, frente a la puerta de los Príncipes o de San Cristóbal.
El 17 de noviembre de 1902, en presencia del duque de Veragua, del alcalde, del arzobispo, del cabildo y de las autoridades provinciales, se hicieron las exequias solemnes y se trasladaron la caja con los restos del Sagrario hasta el mausoleo realizado por Arturo Mélida. Para custodiarla, dicho escultor edificó un monumento en el que cuatro heraldos representantes de los cuatro reinos españoles (Castilla, León, Aragón y Navarra) sostienen un féretro.
El féretro es decorativo y no posee las dimensiones del almirante, porque los restos se encuentran en una caja en su interior, la urna de plomo dorada realizada en 1795. En la tapadera de la caja pone: "Aquí yacen los huesos de Cristóbal Colón, primer almirante y descubridor del Nuevo Mundo R.I.P.A."
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