El peligro
«Ya hay cocaína adulterándose con fentanilo»
Paco Mena, de la coordinadora antidroga «Alernativa», advierte de que «ya está en las calles»
¡Es de película! Así reaccionan muchas personas al ver las imágenes que el consumo de fentanilo «dibuja» en las calles de algunas ciudades de EEUU. Jóvenes y no tan jóvenes que, en estado de práctica inconsciencia, vagan o yacen en el suelo como si se tratase de auténticos zombies.
Imágenes que, en gran medida, recuerdan esas otras de quienes, allá por los 80, fueron víctimas de la lacra de la heroína –también padecían un extraordinario deterioro físico y psíquico– y frente a las que Paco Mena –gran autoridad en la lucha contra la droga a nivel nacional y presidente de la Coordinadora Antidroga «Alternativa»– llama a ponerse en guardia a raíz de las últimas actuaciones de la Policía en el Campo de Gibraltar y el aviso de ésta de su cada vez mayor presencia en los puntos de venta.
«No se trata ni mucho menos de crear alarmismo, pero la realidad nos dice que el fentanilo ya está en nuestras calles, en el mercado negro. Tanto es así, que ya sabemos que la cocaína se está adulterando con él, sustituyendo a la anfetamina (mucho más cara); algo que desconocen los propios consumidores de coca». «Consumidores», advierte Paco Mena, «que, sin saberlo, van a ir viendo incrementada su adicción y que, por una simple cuestión de economía, acabarán consumiendo menos cocaína y más fentanilo».
«No creo», añade, «que vayamos a llegar a los extremos de Estados Unidos, país en el que los médicos lo recetan a tutiplén, pero la experiencia nos dice que lo de allí suele saltar a nuestro continente y, por tanto, reclamamos que exista una actitud de vigilancia y prevención por parte de las administraciones competentes para que, como por desgracia ha ocurrido con otras cuestiones relacionas con las drogas, no nos pille el toro».
Según resalta Paco Mena, una de las ‘fortalezas’/peligro del fentanilo es que «es muy barato» y que «una inversión de 800 o 1.000 euros puede generar unos beneficios de hasta un millón de euros. Hablamos de droga de síntesis y, por tanto, muy fácil de producir».
«A ello», apunta, «tenemos que sumar que tiene una extraordinaria capacidad de adicción. Nada menos que cincuenta veces mayor que la propia heroína». «Cualidad» que «lleva al que se vuelve adicto a la más absoluta marginalidad».
«Para hacernos una idea», explica, «basta recordar la epidemia de cocaína que sufrimos en los 80 en el Campo de Gibraltar y la provincia». «Quienes pintamos canas y ya estábamos en esta lucha, aún tenemos en nuestra memoria aquellas imágenes de yonquis tirados en las calles, con sus cuerpos demacrados por el gran consumo de heroína».
«Aquí», alerta, «lo verdaderamente gordo del tema es saber dónde va estar y por dónde va a entrar, porque ahora mismo los cárteles mejicanos son los que están controlando el fentanilo en toda sudamérica. Su mayor cliente es EEUU, pero quien quita que, como primera posibilidad, tengan la tentación de mandar el fentanilo para acá, igual que la cocaína nos llega en contenedores».
«Otra posibilidad es que nos llegue a través de Europa, por ejemplo desde Holanda, que es el centro de Europa en todo el tema drogas. Y la tercera posibilidad y por la que yo más me inclino, porque es muy fácil y se corre menos riesgo (no tendrían que hacer frente a controles de fronteras) es que se creen laboratorios ilegales y se fabrique aquí en España».
Frente a este temor, el máximo representante de la Coordinadora Antidroga, argumenta la alerta que han lanzado a las fuerzas de Seguridad del Estado, «para que se esté muy pendiente para detectar por dónde de nos va a entrar el fentanilo» y, por otra parte, al sistema de Salud y el sistema de Atención a las Adicciones para que «se refuercen».
«Cuando empiecen a entrar muchos casos, será imprescindible que se actúe con celeridad, ya que estamos ante una droga que puede provocar la muerta con una sola sobredosis, a causa de la paralización de los pulmones».
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