Jerez abre una campaña en la que se espera más uva y de mejor calidad

Como viene ocurriendo desde hace siglos, agosto vuelve a escenificar una de las faenas de mayor arraigo en el campo gaditano, muy en especial en esas zonas (Marco de Jerez) que han hecho de los buenos vinos de la tierra seña de identidad y motor de riqueza y empleo.

Hablamos de la vendimia, que acaba de dar luz verde a una campaña 2023 que, según las previsiones del Consejo Regulador de la Denominación de Origen JerezXérès-Sherry, apunta a que será entre un 15 y un 20 por ciento mayor en volumen que la del pasado año, cuando se vendimiaron en torno a 44 millones de kilos. Vaticinio que, según parece, no va a afectar a todos los territorios –Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Chiclana, Trebujena, Chipiona, Rota y Puerto Real– por igual, ya que en localidades del litoral como Chiclana, Manuel Manzano, presidente de la Unión de Viticultores Chiclaneros, señala que «prevemos una disminución de en torno al 5 y el 10 por ciento».

Lo cierto es que en un escenario de sequía pertinaz y, eso sí, meteorológicamente mejor que el del inicio del pasado verano –vientos de poniente frente a los de levante y temperaturas más bajas frente a rachas prolongadas por encima de los 40 grados–, existe unanimidad en que la calidad de la uva será mejor. Esa es la mayor garantía para la posterior elaboración y venta de vinos de extraordinaria calidad y prestigio que siguen capeando fuertes «tormentas» comerciales. Como lo demuestra la bajada del 28 por ciento que el año pasado experimentaron las exportaciones y que llegaron a un 41 en uno de los mercados más estratégicos, Reino Unido. Situación que dio como resultado el peor volumen histórico comercializado, 27, 3 millones de litros.

Vendimia de interior

El primero en certificar la mejoría de la calidad de la uva ha sido el Grupo Caballero (Lustau), que ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a la vendimia 2023 en la Finca Montegilillo, zona norte de Jerez de la Frontera.

Allí, con la alianza del frescor de las últimas noches, las máquinas han comenzado a cosechar una uva que, en su proceso de maduración, se ha visto beneficiada por las blanduras nocturnas, cogiendo peso y mostrando un nivel de alcohol superior a los 11 grados (la D.O. fija un mínimo de 10,5 para vendimiar).

Faena que en los próximos días se irá acometiendo en los distintos pagos de interior, temerosos de que cualquier contratiempo de última hora –viento de levante y temperaturas elevadas que les pueda perjudicar–.

El litoral, a la espera

Temores que comparten los pagos más próximos a la zona litoral, como los de Chiclana de la Frontera, que ahora hace un año que estrenaron su etiquetado de la Denominación de Origen JerezXérès-Sherry.

«Si las cosas siguen igual, nuestros planes pasan por iniciar la vendimia en la última semana de este mes. Creemos que será el momento más oportuno para lograr esa calidad que hace tan característicos los vinos de nuestra tierra», señala Manuel Manzano, presidente de la Unión de Viticultores Chiclaneros y miembro del Consejo Regulador, mientras asiste a los últimos preparativos previos a la llegada y molturación de la uva en las instalaciones de la cooperativa.

«El litoral tiene un ritmo distinto al interior y eso, algunas veces, implica un mayor riesgo para las familias que, como es típico de la zona, cultivan la uva en pequeños pagos. No obstante, somos muy optimistas respecto a la calidad de la uva, que, eso sí, pensamos que bajará en volumen respecto a 2022», explica.

Satisfecho por los resultados que está previsto que depare la campaña de 2023, Manuel Manzano muestra su preocupación por el futuro del sector en un escenario de sequía que alcanza su quinto año. «Aunque en estos momentos tenemos la vista puesta en sacar con éxito la vendimia, lo que nos quita el sueño es la sequía que venimos padeciendo y las consecuencias que ésta puede tener para el sector si no llueve de forma importante este otoño».