Economía
El pesimismo se instala en la flota gaditana
El sector en Barbate ve más difícil que nunca el acuerdo pesquero con Marruecos
«El caladero marroquí no está siendo este año muy rentable. Los gastos para ir a faenar allí se han multiplicado y, como sabemos, son muchos los factores que influyen para que se dé esa abundancia de recursos que todos deseamos y que en esta ocasión no se está produciendo», comenta Tomás Pacheco, presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios Pesqueros (Abempe).
Pese a ello –«la mar unas veces te da y otras te quita»–, la posible pérdida del caladero alauita (el 17 de julio caduca el acuerdo entre el Reino de Marruecos y la UE) no deja de rondar en su cabeza, en la del resto de armadores y, no menos, en las de los marineros de la flota de cerco, que estos días, entre café y café, conversan mucho más de lo normal en la cantina del puerto de la Albufera sobre una posibilidad que podría dejar en situación de riesgo a muchas familias.
«Es cierto», reconoce Tomás Pacheco, «que el caladero marroquí no te garantiza siempre resultados; de todo hemos tenido a lo largo estos años. Pero para nosotros es una pieza importante, ya que supone otra opción. Así que de perder estos derechos de pesca sobre el caladero, solo nos quedarían para faenar las aguas del Golfo de Cádiz». Zona en la que ni los pescados son tan abundantes ni estos «tienen el calibre» de los que se capturan en la vecina Marruecos.
Aunque ni con el caladero marroquí ni sin él tienen remedio los males del sector pesquero gaditano y, por extensión, andaluz, los pescadores son conscientes de que su pérdida podría hundir a parte de esa flota que ya viene muy tocada desde el Covid. «Llevamos unos años en la cuerda floja a causa de la pandemia, la subida de costes por la invasión de Ucrania y unos resultados en los caladeros no muy halagüeños; de ahí que, de no poder contar con el caladero marroquí, el varapalo sería ya total». Pendiente de noticias concretas por parte de la Secretaría General de Pesca del Gobierno español –«hasta ahora solo sabemos lo que dijo el ministro Luis Planas con motivo del 44 Congreso Mundial de la Viña y el Vino, celebrado en Cádiz»–, Tomás Pacheco tiene claro que «su renovación va a depender de lo que dictamine el Tribunal General de la UE sobre el acuerdo entre Bruselas y Rabat». Sentencia que, presume, «podría ser en contra».
A la espera de dicha sentencia, los armadores barbateños lo único que saben es que España no espera una prórroga de dicho acuerdo y que, además, la UE, a poco más de un mes para el ‘cierre’ de los caladeros marroquíes, no ha dado paso alguno para alcanzar un nuevo acuerdo. Eso sí, el ministro de Agricultura ha adquirido el compromiso de ayudar a la flota en el caso de que, como se prevé, finalice el acuerdo entre Marruecos y la UE sin solución de continuidad.
Desgraciadamente, esta situación no es nueva para la flota gaditana, que es consciente de que estos acuerdos van «mucho más allá de un tema pesquero», siendo una potente herramienta de Marruecos para, como viene sucediendo, lograr compensaciones de diversa índole, ya sean financieras, territoriales, políticas, etc. de la Unión Europea.
Compensaciones que se han ido sucediendo de la mano de exigencias de control de la pesca y de la propia flota española que viene faenando en su caladero (contratación a bordo de marineros marroquíes, desembarco de las capturas en sus puertos, paros biológicos, etc.).
Con todo ello, el pesimismo, ahora más que nunca, se ha instalado en la flota gaditana que, como apunta Tomás Pacheco, “ante la previsible imposibilidad de no poder renovar el acuerdo por un fallo en contra del Tribunal General de la Unión Europea”, apuesta por impulsar un “acuerdo pesquero de vecindad”. “Fórmula”, recuerda, “que ya tenemos con Portugal”.
Por el momento y como tantas otras veces, “solo queda esperar”.
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