Agricultura
Trump da la puntilla a un mal año de vinos en Jerez
La vendimia se prepara con una previsión del 30% menos en su producción para el daño arancelario
El Marco de Jerez afronta una vendimia especialmente complicada. A una previsión de una caída del 30% en la producción de uva por el mildiu –un hongo que puede aparecer en años lluviosos, como ha sido este 2025–, se suma el impacto de los nuevos aranceles del 15% anunciados por Estados Unidos, que en el caso del vino podría tensionar aún más el sector, ya de por sí vulnerable.
César Saldaña, presidente del Consejo Regulador de Vinos de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, anticipó que aunque la recogida de uva arrancará oficialmente la próxima semana, «tres o cuatro lagares» comenzarán ya hoy con pequeñas cantidades, mientras la mayoría prepara los pies de cuba. El presidente explicó que, aunque inicialmente la campaña «pintaba muy bien» por la abundancia de lluvias, estas se tradujeron en niveles de humedad y temperaturas suaves propicias para el mildiu, que ha afectado gravemente a la viña. Las precipitaciones en 2025 han oscilado entre 750 y 900 l/m², muy por encima de los 600 l/m² de media histórica, lo que dificultó las tareas de tratamiento en mayo. Saldaña advierte que muchos viñedos no fueron accesibles en ese momento crítico, lo cual ha comprometido la cosecha y explica la reducción en los pronósticos respecto a los 62 millones de kilos de uva recolectados en 2024. El mildiu ha pillado «por sorpresa» a los viticultores, así como el reciente acuerdo entre Donald Trump y Ursula von der Leyen establece que, a partir del 1 de agosto de 2025, el vino y las bebidas espirituosas europeas estarán gravadas con un arancel del 15% en Estados Unidos. Esta tasa sustituye la amenaza inicial de tarifas de hasta el 30%. Aunque supone una reducción frente a medidas más duras, todavía representa una carga considerable para la competitividad de los vinos europeos, especialmente de regiones como el Marco de Jerez.
Trump ha condicionado el trato al cumplimiento de compromisos de inversión energética por parte de la UE; de lo contrario, podría aumentar los aranceles hasta el 35%, según indicó recientemente. Además, en marzo llegó a amenazar con tarifas de hasta el 200% sobre el vino europeo si persistían medidas sobre el whisky estadounidense.
El sector agroalimentario español, y en particular el jerezano, ve comprometida su presencia en el mercado estadounidense. Este destino representa alrededor del 3% en volumen de las exportaciones del Marco de Jerez (aproximadamente 0,7 millones de litros sobre 12,7 millones exportados), pero es clave por su mayor valor añadido por litro.
Desde Andalucía ya se estima que los nuevos aranceles provocarán una pérdida de hasta 9.282 empleos y una caída del PIB regional de 509 millones de euros (0,23%), debido sobre todo a la reducción de las exportaciones agroalimentarias a EE. UU.
El Marco de Jerez entra en una encrucijada: la vendimia afronta una reducción preliminar del 30% en producción por el mildiu y, simultáneamente, se ve golpeada por unas nuevas tarifas del 15% en uno de sus mercados estratégicos. Aunque existe en reserva un «colchón» de vino envejecido en soleras y criaderas, el equilibrio comercial a futuro depende de las exportaciones, lo que hace más urgente una respuesta sectorial, institucional o incluso internacional para mitigar el impacto.