Sociedad

El humo de los incendios de Cáceres y Castilla y León degrada la calidad del aire en Córdoba: mascarillas y precaución

Vecinos de Los Pedroches y el Valle del Guadiato alertan de la dificultad para respirar y de la densa nube que cubre la provincia

FABERO (LEÓN), 19/08/2025.- Vista desde Fabero (León) del humo procedente de un incendio descontrolado en Anillares del Sil que pese a la jornada complicada vivida ayer en el Valle de Fornela, el fuego no ha llegado entrado en ninguno de los pueblos, que fueron desalojados por prevención esta noche. EFE/ Ana F. Barredo
El humo de los incendios deteriora la calidad del aireAna F. BarredoAgencia EFE

La calidad del aire en Andalucía vuelve a estar comprometida este verano como consecuencia directa de los grandes incendios forestales que golpean al oeste de la Península. Según los modelos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la acumulación de monóxido de carbono y otras partículas contaminantes se intensificó en la madrugada del jueves en el norte de la provincia de Córdoba, especialmente en las comarcas de Los Pedroches y el Valle del Guadiato, así como en la propia capital cordobesa.

El origen de este episodio está en los incendios declarados en Cáceres y en Castilla y León, cuyas masas de humo se desplazan hacia el sur y se concentran en territorio andaluz debido a un fenómeno meteorológico adverso: la inversión térmica, que atrapa los contaminantes a baja altura e impide la entrada de aire fresco.

La situación provocó cientos de llamadas al 112 durante la jornada del miércoles. “Yo no sabía si era el mal tiempo o la polución, pero era impresionante”, relataba un vecino. Otro cordobés confesaba: “Creía que era mi vista y resulta que no, que era el humo”. Y un tercero reconocía sentir “un poco de agobio a la hora de respirar”.

Ante este escenario, el experto en acción sanitaria Daniel López Acuña, en declaraciones al programa La Mañana de Andalucía, insistió en la necesidad de protegerse con mascarilla en las zonas más próximas a los focos y entre la población vulnerable: “Es algo que respiramos, es algo que tenemos que tener muy conscientes: debemos estar protegidos”.

Los servicios de emergencia mantienen la vigilancia, mientras la ciudadanía sufre ya en su día a día una consecuencia menos visible de los incendios: el deterioro grave de la calidad del aire.