Turismo
Este palacio andaluz guarda una mina secreta
Se trata de una compleja obra de ingeniería hidráulica para uso militar construida en el siglo XIV que puede visitarse
En la Cuesta de Santo Domingo de Ronda (Málaga) en una zona inexpugnable sobre el escarpe del Tajo, en el lado norte de la ciudad musulmana, se erige el Palacio del Rey Moro. Un conjunto patrimonial único por su interés histórico, clave en la historia de la Reconquista y en la defensa de la ciudad a lo largo de la historia.
La Casa del Rey Moro se compone de tres elementos: la Mina de Agua de época musulmana (uno de los ejemplos mejor conservados en España), la Casa de estilo Neomudéjar (actualmente en restauración) proyectada por la Duquesa de Parcent a principios del siglo XX y el jardín diseñado por Jean Nicolas Forestier en 1912 por encargo de la Duquesa (primera obra reconocida del francés en nuestro país). En 1943 es declarado Monumento Nacional, hoy día Bien de Interés Cultural, máxima figura de protección de la legislación española.
Forestier proyecta un jardín mediterráneo, que combina la influencia del clásico jardín hispanomusulmán con el diseño geométrico del jardín francés. Adapta su trazado al estrecho solar en desnivel en el que se asienta, salvado con el diseño de tres terrazas unidas por escalinatas decoradas con azulejo de colores, fuentes unidas por un canal de agua y una cuidada combinación de especies botánicas. Aprovecha la potencia del terreno instalando miradores al Tajo y a las montañas, incorporando el paisaje al jardín.
Pero el mejor secreto del Palacio del Rey Moro es, sin duda, su Mina de Agua, una compleja obra de ingeniería hidráulica para uso militar construida en el siglo XIV. Se construye aprovechando una grieta natural oculta en la pared del Tajo. Su visita propone un recorrido único en descenso hasta el lecho del río Guadalevín (a unos 60 metros de profundidad) a través de una galería que nos traslada a un paraje natural de enorme belleza con gran riqueza de fauna y flora.
En 1485, después de un largo asedio, Ronda cae ante las tropas castellanas. Según los cronistas de la época, un traidor musulmán reveló el gran secreto que provocaría la rendición de la ciudad: se trataba de la gigantesca noria oculta en la piel del Tajo. Construida en las entrañas de la tierra y movida por cautivos cristianos, era la principal fuente de abastecimiento de agua a la ciudad. Tras el asalto a la fortificación que la protegía, Ronda una de las ciudades más importantes del Reino Nazarí, cae derrotada y tan solo siete años después tiene lugar la Toma de Granada.
Después del abandono de la mina en el siglo XVI, su recuerdo se va borrando y aparecen las leyendas que narran la existencia de palacios fabulosos, bellas princesas y fastuosos tesoros escondidos en las profundidades de la mina.
En 1911, la Duquesa de Parcent acondicionó el descenso hacia río Guadalevín y habilitó un pequeño embarcadero, para pasear por el río y llegar a una pequeña gruta donde colocó una imagen de la Virgen.
Desde el jardín puede contemplarse el Parque Natural Sierra de las Nieves, Reserva de la Biosfera de la Unesco, y otros picos montañosos de importancia como el Peñón de los Enamorados. Enfrente, los Jardines de Cuenca, en el barrio del Mercadillo y el Mirador de la Aldehuela (o Mirador del Convento de Santo Domingo) son un espacio idóneo para la interpretación de la Casa en relación al paisaje de Ronda y el Tajo.
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