Historia
Este pueblo andaluz recrea durante tres días la vida real de una mujer bandolera del siglo XIX
El evento, que tendrá lugar del 11 al 13 de octubre, muestra la trágica historia de Agustina y su lucha contra el "señorito" de la localidad
El municipio malagueño de El Burgo vuelve a revivir su pasado con la celebración de la XI Recreación Histórica Pasión Bandolera, un evento que convierte las calles en un escenario del siglo XIX durante tres días. Este festival, que tendrá lugar del 11 al 13 de octubre de 2024, sumerge a vecinos y visitantes en la vida rural de 1840, un tiempo en el que las sierras andaluzas fueron refugio de los bandoleros, unos individuos que casi siempre simbolizaron la resistencia frente a las injusticias de su tiempo.
La peculiaridad de esta "Fiesta de Singularidad Turística Provincial" es la protagonista de la recreación histórica. El personaje central es Agustina, una valiente mujer que rompe con los estereotipos de la época al convertirse en capitana de una partida de bandoleros. Su historia, un reflejo de la lucha por la libertad y la justicia, destaca entre las pocas representaciones de mujeres bandoleras en la historia. Mientras que el bandolerismo fue mayoritariamente masculino, la figura de Agustina ofrece una perspectiva diferente y real, además de reivindicar el papel de las mujeres en las revueltas populares de la Andalucía del siglo XIX. La recreación teatraliza su paso de madre campesina a líder de un grupo rebelde para enfrentarse con arrojo a la opresión del "señorito" que controlaba todo en esta pequeña localidad.
Alrededor del 20% de los vecinos participan en esta recreación que convierte a El Burgo en un auténtico pueblo bandolero, con sus tabernas, talleres artesanales y puestos de gastronomía local ambientados para esta efeméride. La experiencia va más allá del teatro, pues los asistentes podrán degustar embutidos, vinos, panes cocidos en hornos de leña y postres típicos de la sierra, todo en un entorno ambientado en el siglo XIX que recuerda a "esas raíces que aunque parecen tan lejanas, las tenemos a la vuelta de la esquina y han sido la base de nuestra cultura", detallan desde el ayuntamiento de la localidad.
Pasión Bandolera, además de ser una fiesta, es una declaración de intenciones: busca preservar las tradiciones y costumbres de la Sierra de las Nieves, mientras que fomenta un turismo sostenible que conecta el pasado con el presente. Los oficios olvidados, como la herrería o el trabajo del esparto, vuelven a la vida durante estos días, ofreciendo una ventana a las raíces más profundas de la cultura andaluza.
Declarada de Interés Turístico por la Diputación Provincial de Málaga
Pasión Bandolera en El Burgo, un evento que surgió en 2012 como actuación de desarrollo sostenible de la comarca, es una recreación histórica sobre el mundo del bandolerismo, que traslada a ls visitantes hasta el año1840 para vivir la trágica historia de Agustina, una mujer a quien la maldad de unos terratenientes la obligan a trocar su vida de pacífica madre campesina a intrépida capitana de bandoleros, capaz de imponer el respeto entre los montes que la contemplan. Entre atracos y enfrentamientos la protagonista conocerá a José el arriero, quien a pesar del fuerte carácter de la bandolera consigue hacerse con su corazón.
Unas 150 vecinas y vecinos de todas las edades participan de forma directa en esta representación, lo que supone más de los 20% de la población, organizada en colectivos y asociaciones responsables, cada una de ellas, de una temática concreta que, además, generan ingresos económicos potenciando la gastronomía local y dando a conocer ocupaciones tradicionales ya olvidadas: tabernas con tapas y chacinas tradicionales de la zona; antiguo horno de pan, donde degustar pan tradicional; chocolaterías y cafeterías con repostería típica serrana; artesanas/os locales que trabajan la madera o el esparto entre otros materiales; una antigua herrería, juegos populares y una era donde faenar el cereal a la antigua usanza. Costumbres y oficios de la más arraigada cultura de la serranía que se ofrecen al visitante para que ninguno desaparezca.
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