Debate

Lección de estabilidad y moderación en plena campaña

Juanma Moreno defiende la gestión del Gobierno «más social de la historia» y que «sintoniza» con la ciudadanía, asumiendo errores como el bono joven: «Pido disculpas»

Juanma Moreno, en el Parlamento de Andalucía
Juanma Moreno, en el Parlamento de AndalucíaAgencia EFE

El andaluz absolutamente neutral y mínimamente formado que hubiese tenido la paciencia de «tragarse» el larguísimo debate de política general celebrado en el Parlamento de Andalucía tendrá hoy más claro por qué la mayoría social respaldó hace un año las políticas aplicadas por Juanma Moreno y la razón por la que hace sólo un mes se produjo un vuelco en el tablero político municipal. El proyecto político del PP-A, en palabras del presidente de la Junta, «sintoniza» más con la ciudadanía que los discursos «hiperbólicos», «delirantes» e incluso «demagógicos» que exhibieron los grupos de la izquierda para dibujar un escenario tan «catastrófico» como irreal de la comunidad. La pobre altura del debate no hizo más que confirmar lo previsible: el marcado carácter electoralista de los mensajes de unos y otros. Y ahí, entre ataques y defensas a la gestión de Andalucía y a la de España, ganó por goleada la estabilidad y la moderación del modelo andaluz, marcando distancias con Vox y mostrando el camino del éxito a Alberto Núñez Feijóo.

En la comparecencia inicial, Moreno calificó su actual Gobierno de la comunidad como «el más social de su historia» y aseguró que su forma de gobernar no contempla «muros ideológicos ni fronteras partidistas» y que la única línea roja es la defensa de Andalucía. El líder andaluz reclamó a los grupos políticos el desarrollo de un debate «útil y sereno» centrado en la comunidad autónoma y «no contaminado por urgencias electorales», pero los turnos de réplica y dúplica derivaron en una permanente confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez y las estrategias de pactos. Propuestas viables y coherentes desde la oposición, pocas o ninguna.

Sus primeras palabras, en el día del orgullo LGTBI, se interpretaron como un claro distanciamiento de las políticas de Vox. «Vamos a continuar una lucha sin cuartel contra la violencia machista, que debe ser un objetivo común e indiscutible de toda la sociedad, y de los derechos LGTBI», señaló.

Entre los anuncios realizados por Moreno cabe destacar la petición de una Conferencia de Presidentes sobre los problemas de la sanidad; la aprobación de la primera estrategia de igualdad de trato y no discriminación al colectivo LGTBI; que Andalucía incorporará en otoño la inmunización frente a la bronquiolitis para bebés menores de seis meses; o que se procederá a la unificación de la visita de valoración y asignación de la prestación de dependencia; así como que la Junta destinará 79 millones a un nuevo acuerdo de equiparación salarial de los docentes, entre otras cosas. Además, se mostró abierto a cambiar de opinión respecto a la ley de regulación de regadíos del Condado de Huelva, un asunto que siguió generando críticas de los grupos de la izquierda parlamentaria.

Moreno advirtió que su gobierno «no estará parado ni guardará silencio si se nos pretende relegar a un papel secundario», en alusión al Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que acusó de legislar «contra» Andalucía en asuntos como la política fiscal. A su juicio, «Andalucía se ha ganado con mucho talento, tesón y trabajo tener un espacio protagonista en España y no podemos estar parados ni guardar silencio cuando se nos pretende relegar a un papel secundario». «Todavía hay quien piensa que Andalucía no puede liderar el debate nacional, todavía hay quien piensa que no podemos tomar decisiones que toman otras comunidades como el País Vasco», criticó.

«Andalucía ha cambiado muchísimo a pesar de la pandemia, la inflación y la sequía. Ha crecido el doble que España entre 2019 y 2022», recordó Moreno, sin dejar de admitir que existen «muchos problemas. En el futuro, mantendrá su hoja reformista, esa que ya ha permitido recaudar 7.800 millones de euros más.

En su discurso hubo margen para la autocrítica –escaso–, como en la gestión del bono joven: «Vamos tarde y se ha hecho mal. Asumo el error, nos hemos equivocado y pido disculpas». En definitiva, una exhibición de estabilidad ante una oposición histriónica.

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