En Huelva

Finca Alfoliz, un templo al aire libre pensado para la felicidad

El enclave gastronómico ha sido reconocido como «Mejor Restaurante Estrella Verde Michelin» gracias a la apuesta de Xanty Elías por crear un espacio único en Andalucía

El chef Xanty Elías recoge uno de los productos que luego utilizará en su cocina en el huerto de la Finca Alfoliz
El chef Xanty Elías recoge uno de los productos que luego utilizará en su cocina en el huerto de la Finca AlfolizJosé Salto

El manto verde que engalana la provincia de Huelva guarda un secreto que, a través del aroma a tierra fértil y susurros de brisas entre pinos, nos conduce hasta Finca Alfoliz, el templo del chef onubense Xanty Elías. Este rincón gastronómico, situado en las inmediaciones de Aljaraque, se ha convertido en más que un restaurante. Se trata de una experiencia envolvente que celebra la vida, la sostenibilidad y, por supuesto, la excelencia culinaria, factores que le han otorgado el reconocimiento como «Mejor Restaurante Estrella Verde Michelin» en los VII Premios Gastro&Cía de LA RAZÓN.

El chef onubense Xanty Elías durante un momento de su intervención tras recibir el galardón en los VII Premios Gastro&Cía
El chef onubense Xanty Elías durante un momento de su intervención tras recibir el galardón en los VII Premios Gastro&CíaKiko Hurtado

Nacido del corazón y la historia familiar de Xanty Elías –el chef onubense que refleja en cada plato su compromiso con la tierra y sus raíces–, este proyecto nos da una calurosa bienvenida entre las ramas y hojas que ocultan, a primera vista, lo que una vez fue una casa familiar. «Es una finca que lleva 50 años en la historia de la familia y para mí era un reto transformar este legado histórico en un proyecto totalmente sostenible», señala Xanty Elías.

Asimismo, Finca Alfoliz, más que una distinción, es un símbolo de resistencia y renacimiento, pues tras el cierre de «Acanthum» durante la pandemia, Elías decidió sembrar desde las cenizas un lugar en homenaje a la cocina, pero también a la vida y a la naturaleza porque, según explica, tras treinta años de carrera «uno empieza a valorar las cosas más naturales y sencillas». Para él era fundamental ser honesto consigo mismo y «entender la necesidad de estar en contacto con la naturaleza y la sensibilidad tan grande que siempre hemos tenido con ella en Huelva», añade.

Y es que, la sostenibilidad y la conexión con la madre tierra se encuentran palpitantes en cada rincón de los 10.000 metros cuadrados de la finca, razón por la que en los dos últimos años ha sido galardonado, entre otros, con la «Estrella Verde Michelin». En su pródigo huerto, la permacultura es la filosofía rectora, permitiendo que la simbiosis entre las diversas variedades de verduras y el entorno fluya, dotando a la cocina de productos ecológicos y vibrantes en sabor. El onubense, con sus manos entrelazadas con la tierra, ha hecho de las verduras un protagonista en sus creaciones, tratándolas con el mismo respeto y celebración que se da a los ingredientes más ostentosos de la alta cocina, con el objetivo de que «la gente sea feliz cuando disfrute de esos sabores tan tradicionales y tan fácilmente olvidados con la internacionalización de la cocina».

Al cruzar el umbral, el concepto de «restaurante» se diluye para dar paso a una nueva vivencia. Los visitantes, sumidos en un ambiente que acaricia los sentidos con los efluvios del campo y los murmullos de la vida al aire libre, se convierten en parte de un entorno donde la comida, pese a ser excepcional, es solo un componente de la experiencia total.

La Finca Afoliz cuenta con diferentes espacios para que los comensales puedan vivir una experiencia de desconexión plena como esta zona de siesta
La Finca Afoliz cuenta con diferentes espacios para que los comensales puedan vivir una experiencia de desconexión plena como esta zona de siesta M. G.

Por otro lado, la carta refleja la estacionalidad y disponibilidad de los productos de la finca, que se actualiza al momento. Se mueve al ritmo de la naturaleza, cambiando en tiempo real, y convirtiéndose en un manifiesto culinario que es, en sí mismo, una sugerencia constante y un homenaje a lo fresco y lo local.

Pero la Finca Alfoliz no solo celebra lo culinario. Sus salas privadas, antes habitaciones, ahora acogen a quienes buscan un refugio de intimidad entre sus paredes que aún murmuran historias del pasado. La bodega, otra alma del proyecto, se enorgullece de mostrar vinos de la tierra, siendo también un abrazo a la tradición vinícola de Huelva.

Salón familiar
Salón familiarM. G.

La sostenibilidad, además de estar inmersa en la producción de alimentos, es una práctica vivida en cada acción de la Finca. El compostaje, mediante un sistema de lombricultura, ilustra la visión de Elías de un ciclo completo y armónico en su relación con el medio ambiente. De esta manera, el respeto por la tierra y el objetivo de un impacto ambiental positivo se entrelazan con la filosofía de trabajo del entorno. En este sentido, para Elías, «la responsabilidad de devolver a la naturaleza y la sociedad todo aquello que utilizamos» es un deber que se extiende, incluso, hasta la educación de los más jóvenes con la Fundación Prenauta. Se trata del brazo social del grupo, «una herramienta para poder formar a los niños en una alimentación sana basada en la dieta mediterránea y la lucha contra la obesidad infantil», explica el chef.

Bajo los cielos de Huelva, donde el sol salpica su luz entre las ramas de los pinos, la Finca Alfoliz se erige como un faro de sostenibilidad, calidad y amor por la gastronomía y la naturaleza. Xanty Elías, con su mirada fija en el futuro, pero con los pies profundamente arraigados en su historia y la tierra, ha creado más que un espacio culinario; ha dado vida a un espacio donde cada plato, cada aroma, cada sabor forman parte de un capítulo en la historia de un enclave rico, generoso y, sobre todo, vivo. En un mundo donde la sostenibilidad es una necesidad imperante, proyectos como la Finca Alfoliz no sólo deslumbran por su calidad culinaria, sino que también sirven como brújula para otros, marcando el rumbo hacia un futuro donde respetar la tierra no sea una opción, sino una responsabilidad innegable.