Opinión: Tornaviaje

Gresca

Carlos Pérez-Ariza: Las izquierdas en convulsión. Las derechas desnortadas. Los separatistas catalanes entre esas dos orillas, pero con una idea fija. Los bilduetarras tras su ensueño de Euskal Herria

UPN convoca una manifestación contra la entrega de Pamplona a Bildu
UPN convoca una manifestación contra la entrega de Pamplona a BilduLa RazónLa Razón

España se agita distrayéndose sobre un futuro incierto. Mientras los socialdemócratas del PSOE rescatan su histórica esencia marxista. Los bolivarianos se pasearon por el gobierno de España hasta ser arrinconados por los neocomunistas de SUMAR, que saben mucho de eliminar a quienes les hacen sombra. Los piadosos del PNV en alerta máxima ante sus adversarios abertzales, que posan su mano sombría sobre Pamplona. Los dos partidos catalanes JUNTS y ESQUERRA, en las antípodas ideológicas, unidos por su anhelo mutuo: una Cataluña independiente.

En la otra orilla, el PP se ha ido acomodando en el centro socialdemócrata, sin perdonar a VOX, su escisión más notable. Sin remedio, alianzas inevitables para gobernar juntos en algunas comunidades autónomas y cientos de Ayuntamientos. Aunque, gritan querer eliminar a esos traidores a su aparato. Si dicen que su rival es VOX, ¿dónde sitúan a su verdadero enemigo que gobierna España hoy?

VOX no se aclara, deja ir a su cúpula inicial y promueve a otros de menor brillo. Su líder tendrá que explicarlo. Seguir esa deriva lleva al destino final de desaparecer. Hay historia: CIUDADANOS, UPyD recientemente; UCD y CDS hace años. Construir un aparato político nacional, lleva tiempo. Tal vez, el error principal de VOX haya sido saltarse ese paso clásico, obnubilados por los iniciales millones de votos.

Ante este pandemónium de siglas, los españoles estrujan los días para llegar a fin de mes. Parecen aturdidos por tanta gresca. Ya tienen mucho con sus propias vidas. El entramado mediático dispara información sin que los receptores se enteren del pugilato político. No perciben la gravedad de que está en marcha el gran cambio. La gran sustitución de la España del 78 por una confederada, con el ojo puesto en dejar para la historia a la monarquía parlamentaria. Menos Estado central, más comunidades autónomas, ya anuncian.

España se muere de sed, mientras otros inventan.