Medio Ambiente
El Ministerio de Ribera proyecta invadir 3,3 km del Espacio Natural de Doñana con tuberías de aguas fecales
La construcción de la nueva depuradora de Matalascañas supondrá la «destrucción» de casi 800 m2 de zona «muy sensible» del parque y su ubicación «podría afectar a la salud» de los vecinos
A 15 metros de viviendas y del paseo marítimo, a 900 metros del Parque Nacional de Doñana y a 90 metros de dunas blancas del litoral. La ubicación de la ampliación y mejora de la estación depuradora de aguas residuales de Matalascañas (Almonte) pone en jaque su obligada construcción. Para colmo, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), promotora del proyecto, plantea invadir hasta 3,3 kilómetros del Espacio Natural con tuberías para conducir las aguas fecales generadas por el centro de visitantes El Acebuche hasta la EDAR –8 km en total–lo que supondrá la «destrucción» de casi 800 metros cuadrados de zona «muy sensible» del parque. Curiosamente, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico incluyó esta obra dentro del «Marco de Actuaciones para Doñana», destinado a la recuperación de la mayor joya medioambiental andaluza.
«En estos últimos días ha salido la evaluación ambiental de la EDAR de Matalascañas». Son palabras del secretario de Estado para el Medio Ambiente, Hugo Morán, el pasado 12 de marzo en Sevilla. «Todos los proyectos de ejecución del marco 1 de actuaciones en Doñana están en marcha», vino a concluir. Lo que realmente publicó el Boletín Oficial del Estado fue una resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental que estima necesario el sometimiento del anteproyecto al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria, porque de la documentación aportada en el procedimiento simplificado «no se puede descartar efectos significativos sobre el medio ambiente». Es más, la resolución enumera un reguero de deficiencias que supondrán un retraso de doce a dieciocho meses más –hasta obtener o no una declaración ambiental ordinaria favorable; la simplificada se inició hace justo un año– antes de iniciar unas obras que se alargarían 30 meses, más seis del periodo de pruebas. Es decir, que hasta marzo de 2028, en el mejor de los casos, no entraría en funcionamiento la depuradora (el tope fijado a nivel europeo para conseguir un buen estado de la masa de agua es 2027).
Todo ello con el hándicap de que la actual EDAR incumple la Directiva de la UE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas que ha provocado un procedimiento de infracción ya con sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea por el que España paga una importante sanción económica (multa diaria).
La Asociación de Propietarios de Matalascañas ya alertaba, tras una reunión con responsables de la CHG, de que la obra volvía «a la casilla de salida». Pero en esa cita el Gobierno señaló a la Junta por emitir un informe desde la Consejería de Salud que ofrecía dudas sobre el emplazamiento elegido. Se ocultó a los vecinos una larga lista de razones que dificultan el proyecto. Y eso que de los 33 organismos y entidades consultadas sólo 13 remitieron informe. Ni el CSIC, ni organizaciones ecologistas, ni la cofradía de pescadores de Ayamonte, ni la Demarcación de Costas, entre otras, lo hicieron.
Respecto a la conducción desde El Acebuche, se advierte que transcurre dentro Doñana unos 3,3 km, tratándose de un espacio «muy sensible» como acreditan las diversas figuras de protección que ostenta el Espacio Natural. La propia Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del Ministerio indica que la conducción intercepta varios tipos de hábitats de interés comunitario (dunas, arenas litorales, bosques de Pinus pinea y/o Pinus pinaster) «algunos de los cuales son considerados como prioridades de conservación según el Plan de Gestión de Doñana». Según esta subdirección «supondrá la destrucción de 769,21 m2» de estos hábitats de interés comunitario y podrían verse afectados complejos dunares activos, sistemas litorales, cotos y montes. En conclusión, el «trazado» elegido tendría «una importante afección por ocupación, alteración y fragmentación. Y considera relevante recurrir a la opinión de expertos, por tratarse de «ecosistemas muy frágiles que no pueden sufrir alteración para asegurar su adecuada conservación». Incluso se señala que las obras se incluyen parcialmente en el territorio del Plan de recuperación del lince ibérico.
En el apartado de salud, la propia CHG reconoce que los malos olores pueden provocar «situaciones desagradables y generar descontento entre los vecinos y que una exposición continuada a estos malos olores podría incluso afectar de forma negativa a la salud de los vecinos y operarios de la EDAR». La Dirección General de Salud Pública de la Junta concluye que «no puede afirmarse que no se esperan impactos negativos en la salud de la población», ya que «el documento ambiental no aporta información suficiente».
Y otro apartado muy destacado incluido de la resolución es que la Dirección General de la Costa y el Mar señala que la depuradora se encuentra situada en los 20 primeros metros desde la ribera del mar, lo que significa un incumplimiento de la Ley de Costas. En conclusión, hay «impactos potenciales» sobre las aguas, la Red Natura 2000, la fauna, la flora, la población y la salud humana.
La correcta depuración de aguas de Matalascañas, que en verano reúne a más de 150.000 personas, amenaza con eternizarse.
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