Incertidumbre

La inflación frena los cálculos del turismo para el verano en Andalucía

El sector detecta un enfriamiento de las previsiones: el ritmo de las reservas

se aminora, el gasto de los visitantes se contiene y las estancias se acortan

El tránsito de pasajeros en el aeropuerto de Málaga es incesante
El tránsito de pasajeros en el aeropuerto de Málaga es incesante durante los meses de veranoEPEP

El sector turístico andaluz afronta con recelo la temporada veraniega. El despegue de esta actividad el año pasado, tras el frenazo que supuso la pandemia, no se está consolidando del todo en 2023 por la inflación y el incierto contexto económico internacional, marcado todavía por las consecuencias de la guerra en Ucrania. El balance de las fiestas de primavera fue bueno, pero los meses de mayo y junio ya anticiparon lo que están experimentando los hoteleros en este arranque del mes de julio, plena temporada alta en las zonas costeras: que el ritmo de las reservas se aminora, los turistas no gastan tanto y las estancias se acortan. Así lo advierte la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), que estima una ocupación del 82% en julio, frente al 86% del año pasado, y del 80% en agosto, una cifra inferior al 88% que se alcanzó en 2022. Para el presidente de esta patronal, José Luque , «son unas cifras preocupantes debido al estancamiento que viene experimentando el sector desde mediados del mes de mayo, sobre todo del mercado nacional motivado por la subida de tipos de interés y la inflación». Estos factores «están provocando una reducción de la estancia media de cara a la temporada alta y, por tanto, un descenso en el ritmo de reservas con, incluso, un aumento de las cancelaciones», apunta Luque, por lo que la evolución de los meses de julio y agosto «dependerá en gran medida de las reservas de última hora».

Las cifras del mes de junio ya reflejan esta contención. La ocupación media en la provincia de Málaga fue del 82%, una cifra similar a la del año pasado (81%) pero inferior a la de 2019, cuando se alcanzó casi el 84%. Ese año se toma como referencia en el sector porque se batieron todos los récords, antes de la irrupción de la pandemia. Los hoteleros de la Costa del Sol también han detectado en junio una caída del denominado impacto bruto medio por cliente alojado (IBCA), disminuyéndose un 7%. Se contabilizó un gasto de 124 euros por persona y día alojada respecto a los 134 euros alcanzados el mismo mes del año pasado.

En Sevilla, las previsiones para el verano son más optimistas, teniendo en cuenta que en la ciudad es temporada baja. «Los datos son bastante buenos en cuanto al número de visitantes y gasto medio diario», apunta Jorge Robles, presidente de la Asociación Sevillana de Empresas Turísticas (ASET), quien apunta que los registros superarán los de 2019. El verano ya no es un páramo turístico como antaño en la capital hispalense, donde el sector registra más actividad y se celebran eventos que ayudan en este sentido, como el Icónica Fest. No obstante, Robles apunta que de cara al tercer y cuatro trimestre del año hay incertidumbre, puesto que se espera una desaceleración económica. «La inflación se nota en los bolsillos y es posible que la actividad turística se resienta». Con todo, apunta que la pandemia cambió el paradigma y ahora el turismo «no es un lujo, sino una necesidad».

La Junta, por su parte, apunta a un verano «de récord» con 11,5 millones de visitantes en verano, casi cinco puntos más que el registro de 2022 y uno más que en 2019. El consejero del ramo, Arturo Bernal, señaló recientemente que el turismo internacional está experimentando un buen comportamiento, aumentando sus cifras un 15%. No obstante, reconoció que en el mercado nacional «no hay datos espectaculares», sólo crecimientos muy puntuales.

Los turistas internacionales son los que están sosteniendo al sector. Este verano llegarán a los aeropuertos andaluces más de 31.500 vuelos con 5,5 millones de plazas. Bernal señaló dos mercados destacados: el alemán y el italiano, con crecimientos que rondarán el 30%.

Los hoteles, lastrados por el endeudamiento

La carga financiera por los intereses, el incremento del salario mínimo interprofesional, la «fulgurante» subida de los precios de las materias primas y la inflación son factores que están lastrando al sector hotelero, cuyo endeudamiento aumentó un 18,4% entre 2017 y 2021, según el informe anual del Banco de España. Así lo pone de manifiesto la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), advirtiendo de que la rentabilidad de sus establecimientos «cae y caerá más por cuestiones macro y microeconómicas». «Nuestros precios de venta de las habitaciones no serán sostenibles a medio y largo plazo», subraya la patronal hotelera.