Preocupación
La sequía, ya insostenible, amenaza la supervivencia de cultivos y agricultores en Málaga
El pantano de La Viñuela se encuentra al 8,5 %, en mínimos históricos
Irene Martín Morales
La pertinaz sequía amenaza la supervivencia de los cultivos y de los agricultores de la Axarquía, la comarca más oriental de la provincia de Málaga, que viven sus peores momentos de cosecha, aunque confían en poder subsistir y así acceder a soluciones que faciliten el suministro de agua.
"Mientras no llueva no tenemos suficiente agua como para asegurar un ciclo de una campaña normal", ha afirmado a EFE Álvaro Bazán, agricultor de Lagos -núcleo de Vélez-Málaga-, y biólogo.
"Son muchas las personas que vamos a ir al paro" si la situación se prolonga, advierte.
La situación ha empeorado para todos en esta zona, ya que su comunidad de regantes, integrada en el Plan Guaro, dispone de unos recursos insuficientes debido al estado del pantano de La Viñuela, que se encuentra al 8,5 %, en mínimos históricos, y sin la opción de acceder a agua depurada o a un pozo cercano, ya salinizado.
Impacto en los cultivos
Bazán cuenta con 19.000 metros de invernadero donde habitualmente cultiva, junto a otros compañeros, pepino, distintas variedades de pimiento, judías y tomates, entre otras frutas, verduras y hortalizas, y, sin embargo, a día de hoy solo mantiene cerca de 2.500 metros de cúrcuma y alguna planta de aguacate.
"Este año hemos terminado el cultivo bastante antes, estamos arrancando el tomate y no tenemos posibilidades de volver a sembrar mientras no llueva", ha explicado el agricultor, quien ha añadido que llevan "tres años en los que cae la mitad de lo normal, el agua es muy escasa y al final casi no se puede aprovechar, se evapora".
A pesar de ello, aclara que la fruta se mantiene "de mucha calidad" aunque la cantidad que se recoja "va a ser mucho menor", y ello va a "incidir en los precios y en los jornales".
El mango, un gran perjudicado
Por su parte, el técnico agrario y también agricultor de la zona, Juan de Dios García, conoce de primera mano las consecuencias de la sequía, que sufre en su plantación de una hectárea poblada de mangos, de la variedad Irwin, y de algunos chirimoyos y granados que ya no reciben riego.
Según cuenta, tras unos meses en esta situación, los árboles permanecen con ramas secas y con fruto de un tamaño menor al habitual y, en el caso del mango, llegan a aparecer hasta 20 días antes y con un toque más dulce, ya que sin agua concentran aún más los azúcares.
Así, sus granados también están muy afectados y por la sequía sufren estrés, que les lleva a rajar su capa exterior del fruto sin que llegue a engordar y, por ende, sin poder venderse.
"Todavía estamos aguantando, a ver hasta cuándo", ha apuntado García en referencia a la falta de agua, y ha incidido asimismo en que este año se está notando de una forma "más grave" y en que si no llueve hasta octubre o noviembre, tendrá que rebajar ramas, cortar y se necesitará agua para que puedan volver a brotar.
Posibles soluciones sobre la mesa
Como posibles soluciones para combatir la sequía, tanto Bazán como García, ambos dedicados a la agricultura ecológica, ven factible el uso de agua depurada a corto plazo, además de contar con desaladoras portátiles a modo de emergencia, o incluso a más largo plazo, poder construir una planta desalinizadora fija, aunque "no guste a todo el mundo".
Bazán va más allá y pide una moratoria para que "no se siga aumentando la superficie de regadío" y no poner en peligro así las plantaciones existentes o las que se permitan en un futuro.
También insiste en la importancia de dar visibilidad al pequeño agricultor para garantizar una soberanía alimentaria que no dependa de mercados exteriores que, según él, en muchos casos, no cumplen con los mismos requisitos españoles.
"Si Europa no apuesta por defender a sus agricultores que son los que en última instancia defendemos y garantizamos la soberanía alimentaria, estamos poniendo en peligro la alimentación de toda la población europea, no solamente la española", ha advertido
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