El turismo rural se dispara, con algunas reservas «hasta para 2026»

Con una estancia media de 11,4 noches por reserva, que se desarrolla entre los meses de marzo a octubre, el turista extranjero que visita la provincia de Málaga para alojarse en viviendas rurales está siendo clave en la desestacionalización del destino, uno de los anhelos históricos del sector, que apenas baja la guardia un par de meses en invierno.

Andalucía se exhibe en este contexto como un destino tan variado y rico, que ofrece cultura, playas, montañas y gastronomía, segmentos que propician diversidad de clientes de toda Europa aunque los expertos advierten de que se está constatando un aumento de turistas estadounidenses y canadienses desde hace 2 años.

«Es curioso como la amabilidad y la sonrisa es capaz de conectar el mundo urbano del norte de Europa, con el mundo rural del Sur de Europa, esa mezcla hace que se marchen muy contentos y que repitan», explica Félix Zea, CEO de Ruralidays.

Se trata de un sector «muy humanizado» que hace que los turistas «especialmente extranjeros, valoren mucho el esfuerzo que hacen los propietarios».

Según datos de la citada plataforma, el turista español que se decanta por esta modalidad de alojamiento reserva con una media de antelación 52 días, mientras que el extranjero lo hace con 15 días de anticipación, casi 4 meses antes.

En el caso del viajero doméstico, suele viajar en grupo, familia o amigos, con una media de 7,2 personas por viaje, mientras que en el caso del foráneo viaja en pareja o familias más pequeñas –3,7 personas de media en el caso de los alemanes; 4,2 en el caso de británicos–.

Entre sus motivaciones, tanto el turista español como internacional busca cada día más confort en la casa rural, demanda las comodidades de su casa, pero en un entorno rural y en contacto con la naturaleza, según explica el experto.

De hecho, las viviendas destinadas a esta modalidad de alojamiento, han aumentado su equipamiento adaptándose a la demanda en los últimos años y, algunas han incorporado el llamado «equipamiento premium», que incluye camas balinesas, piscina climatizada exterior, o jacuzzi, «algo impensable hasta hace poco para el concepto que teníamos de casa rural».

Y es que de ocho años a esta parte, «los alojamientos han cambiado mucho: antes nos conformábamos con estar junto a una chimenea, ahora no».

El turista de cercanía busca principalmente la reunión de amigos y familiares y así desconectar de la rutina, pero también busca hacer rutas de senderismo, visitas de pueblos, mientras que el extranjero se decanta «por la autenticidad de la zona y la visita de pueblos y ciudades cercanas, así como disfrutar de nuestra gastronomía».

Málaga es la provincia que lidera la ocupación andaluza en la presente Semana Santa seguida de Córdoba, –61,31 por ciento-.; Huelva –57,14 por ciento–; Cádiz –54,76 por ciento–; Granada –50 por ciento–; Sevilla –49,86 por ciento–; Jaén –47,22 por ciento–; y Almería –42,80 por ciento–.

El 35 por ciento del turismo que acude a las casas rurales durante la Semana Santa es de origen nacional, frente al 65 por ciento restante que es de origen internacional, procedente de Alemania, Reino Unido y Holanda; en menor medida, de Bélgica, Dinamarca y Francia.

Según Zea, se avecina un muy buen año para un sector que ha experimentado un crecimiento muy rápido, «si bien es cierto que es necesario hacer frente a ciertos retos para su consolidación total».

Además, aplaude que «ya tenemos bastantes reservas para 2025, incluso y, muy llamativo, algunas ya para 2026», al tiempo que admite que la política de cancelación gratuita, cada vez más popular y con posibilidad de anular con hasta 30, 14 o 7 días antes de la llegada, «también aporta mayor flexibilidad al turista y le permite elegir el destino con antelación sin temor a perder la cantidad invertida por una decisión de última hora».

Ante un escenario a corto y medio plazo, desde Ruralidays reconocen que «nos preocupa mucho, como a todos, la sequía», al tiempo que añade que «la mejora de los accesos a las casas que en ocasiones son caminos sin asfaltar es otro de los asuntos pendientes».