Transportes

El Metro llega al centro de Málaga tras 14 años en obras

La construcción del último tramo, de solo un kilómetro de longitud comenzó en 2009 y ayer, al fin, se inauguró

Casi 17 años después del inicio de las primeras obras del metro de Málaga, el suburbano ha llegado al centro de la ciudad, una «conquista de incalculable valor en términos de movilidad sostenible» con la que se prevé que duplique el número de viajeros, según subrayó el presidente andaluz, Juanma Moreno.

La construcción de este tramo de un kilómetro de longitud de extensión al centro histórico comenzó en mayo de 2009 y ha atravesado en estos 14 años cambios de proyecto, paralizaciones e importantes desafíos como el cruce bajo el río Guadalmedina o la aparición de restos arqueológicos en el subsuelo.

Pese a los obstáculos, Moreno subrayó que la del metro de Málaga es «una historia feliz» porque «bien está lo que bien acaba», y destacó la importancia de un proyecto que acerca a Málaga «hacia esa ciudad sostenible sobre la que gira la candidatura de la Expo 2027». «Hemos abierto el hall de nuestra casa, el centro de la ciudad a una movilidad más sostenible», apostilló el presidente andaluz, apuntando que con el inicio de la explotación comercial del suburbano se espera un ahorro medioambiental de 5.090 toneladas/año de CO2. Gracias a la llegada del suburbano al centro se espera evitar 3,5 millones de desplazamientos en coche.

Moreno realizó ayer el viaje inaugural del recorrido El Perchel-Atarazanas unas horas antes de que entrase en funcionamiento este tramo, en el que la administración autonómica ha invertido 160 millones de euros.

El presidente de la Junta estuvo acompañado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, quien recordó el compromiso del Ejecutivo de la nación con el proyecto del suburbano. De hecho, el Gobierno aporta anualmente dinero con el que sufragar los costes de explotación.

De la Torre, por su parte, mostró su satisfacción y alegría por la llegada de este día: «Era una obra que tenía la imagen de eternizarse, que había tenido dificultades en arqueología, en las relaciones con las empresas contratistas y se ha sabido resolver con habilidad», valoró de La Torre.

Desde la inauguración parcial en julio de 2014 de las líneas 1 y 2 del metro de Málaga, la última parada era el intercambiador de El Perchel, al que desde este ayer se suman las estaciones de Guadalmedina y Atarazanas.

El metro de Málaga ha consolidado en los últimos años una demanda de casi siete millones de pasajeros anuales, una cifra que se espera que se duplique, hasta los 14 millones con su llegada al centro, y que en un futuro supere los 20 millones de usuarios con la entrada en funcionamiento de la prolongación hasta el nuevo hospital que se va a construir en la ciudad.