Sociedad

El perfil sanitario de los inmigrantes en Andalucía: fuman, beben y van al médico menos

La utilización de servicios de salud es menor que las de los autóctonos: 1 de cada 4 nunca ha tenido cita con un especialista

Varias temporeras marroquíes embarcan desde el Muelle Sur del Puerto de Huelva rumbo a Marruecos. Son las primeras temporeras marroquíes atrapadas en Huelva por la crisis del Covid-19 en regresar a su país. En Huelva (Andalucía, España), a 18 de julio de 2020.María José López / Europa Press(Foto de ARCHIVO)18/7/2020
Varias temporeras marroquíes embarcan desde el Muelle Sur del Puerto de HuelvaMaría José LópezEuropa Press

Un informe sobre la salud de los inmigrantes internacionales que viven en Andalucía ha evidenciado que fuman, beben y recurren menos a los servicios sanitarios que los autóctonos, y que tienen una mejor percepción de su salud.

Estas son algunas de las principales conclusiones del análisis del estado de salud, los determinantes sociales y el acceso al sistema sanitario público de la población inmigrante elaborado a partir de datos estadísticos oficiales por la Consejería de Salud y Consumo. El documento, que ha coordinado la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) con fondos europeos para reasentamiento y reubicación de refugiados, constituye el primer esfuerzo integral a nivel autonómico para describir las necesidades de salud de esta población desde una perspectiva de equidad, género y salud pública.

El informe muestra que el 10,5 % de la población andaluza es inmigrante, con un perfil joven y activo, con edades entre 25 y 44 años, y que el 74 % es originaria de fuera de la Unión Europea. También destaca que las personas inmigrantes presentan una mejor autopercepción de salud general, con un 30 % que percibe su estado de salud como muy bueno frente al 22 % de los nacidos en España.

En cuanto a los estilos de vida, se aprecian diferencias importantes en temas como el consumo de tabaco, diez puntos más alto en los nacidos en España, y el alcohol, con un 13 % de autóctonos que bebe a diario o casi frente al 4 % de las personas inmigrantes. En general, la utilización de servicios de salud es menor entre la población inmigrante, con un 23 % que nunca ha consultado con un especialista, aunque también se vacunan menos.

Aunque algunas de estas diferencias se explican por una pirámide de población más joven entre los inmigrantes, existen determinantes sociales como dificultades económicas, lingüísticas o de transporte que pueden estar incidiendo en los datos de acceso a la atención sanitaria o la percepción de necesidad de cuidados.

Como conclusiones, el informe técnico ha señalado la necesidad de mejoras en la vigilancia en salud de estas poblaciones, para fortalecer la recogida de datos desagregados por origen, nacionalidad y género y trabajar para garantizar un acceso al sistema sanitario equitativo.