Remodelación

La Plaza Vieja de Almería cambia su piel

El nuevo «salón urbano» encara las obras finales con 2,5 millones para dotar al espacio de vegetación e iluminación

Diseño de la remodelación de la Plaza Vieja de Almería
Diseño de la remodelación de la Plaza Vieja de AlmeríaLa RazónLa Razón

Hasta el próximo 6 de mayo las empresas interesadas podrán concurrir a la licitación de las obras de urbanización de la Plaza de la Constitución de Almería, por un importe total de 2.553.791,02 euros y un plazo de ejecución de ocho meses. Tras la adjudicación comenzará la última fase del proyecto que «viene a mejorar y acondicionar» la conocida como Plaza Vieja y sus accesos, «preservando la configuración clásica, con el monumento central y todo el arbolado existente, pero mejorando la superficie de la plaza y aumentando la importancia en este ámbito del factor vegetación», valoró la alcaldesa almeriense, María del Mar Vázquez. Desde el Ayuntamiento calculan que los trabajos para hacer realidad el diseño de la mercantil «Ordaz Estudio de Arquitectura» podrían iniciarse a finales de este verano, para esa reurbanización del espacio y de los accesos al mismo, con una superficie total de actuación de 4.954 m2 y que significará aspectos tan relevantes como el pavimento que presidirá la plaza, su arbolado y jardinería, o su renovada iluminación.

Una actuación desde las «necesidades de excelencia y funcionalidad» que requiere un espacio que es «epicentro de los acontecimientos sociales, culturales e históricos» almerienses, como destacó la regidora, sobre este «lugar de partida y de paso hacia el Conjunto Monumental de La Alcazaba, a San Cristóbal, La Hoya, el Mesón Gitano y donde los almerienses comparten sus experiencias vitales». Después de décadas de complejas labores de rehabilitación en la Casa Consistorial para el regreso de una actividad municipal que había quedado dispersa en otros puntos de la ciudad, estos últimos «pasos en paralelo» para convertir la Plaza Vieja «adaptada» a «lo que siempre ha sido, punto de encuentro para los almerienses y el mejor recibidor del Ayuntamiento», permitirán el retorno de la vida social al conjunto. De hecho, la primera edil almeriense espera que «el proyecto para hacer de este espacio un salón urbano en el que se descubre, como mosaico, el conocido Sol de Portocarrero, responda a las expectativas que tienen los almerienses», porque «parte del compromiso de dotar al entorno de actividad y dinamismo».

Así, baldosas de piedra Cenia y Sierra Elvira ocuparán la superficie de una plaza sobre la que saldrán cuatro bancos con las mismas piezas de suelo «extrusionadas» y una capacidad total para 120 personas. Punto de encuentro y descanso entre los grandes ficus y las altas palmeras que formarán los principales elementos vegetales de la intervención. Sin embargo, se plantarán también naranjos amargos y se instalará toda una nueva jardinería, con abundantes detalles arbustivos y tapizantes, más ornamentales y coloridos, iluminados de noche a través de siete báculos, además de mediante líneas de luz LED integradas en los alcorques.

Especies vegetales como la abelia grandiflora, el acanthus mollis, los tártagos, la alhucema rizada o la clivia, compartirán el espacio verde con composiciones florales de lirios africanos, lavandas, margaritas cimarronas, salvias, stipas tenuissimas o verbenas, entre otras variedades que configurarán «un salón urbano, ensalzado por el valor artístico de las edificaciones que lo rodean», como reiteró durante la presentación del diseño su redactora, Susana Ordaz. El «elemento diferenciador frente a otras plazas», según apreció la arquitecta, será el «gran valor histórico, elegante y equilibrado que, ahora con esta intervención, se verá potenciado».

Para la nueva fisionomía de la Plaza Vieja se usarán «materiales silenciosos pero muy nobles, como la piedra, para el pavimento y mobiliario urbano; y la madera, que acompaña el diseño de las galerías de los soportales que rodean la plaza». No obstante, no será un cambio radical porque «se mantiene como premisa la preexistencia de la plaza, el arbolado y la conservación del Monumento a los Coloraos», como puntualizó Ordaz, «potenciando la utilidad» del espacio para permitir «seguir utilizándolo en el desarrollo de actividades».

Para mantener el «simbolismo y significado» de este espacio urbano, «se genera un mosaico, pixelado con piezas de distintos colores, adaptado a todos los elementos existentes, y para dibujar el Sol de Portocarrero, emblema de la ciudad», precisaron desde el estudio encargado del diseño. Un cambio «cuantitativo y cualitativo» con «mucha más vistosidad gracias a la nueva iluminación» y un tratamiento «más uniforme de la galería interior que rodea la plaza, ya que se revestirá de madera el techo que coincide con el ala que ocupa el Ayuntamiento», añadió la arquitecta.