Acoso

El precedente del "caso Rubiales" con Teresa Rodríguez: condena de 13.800 euros por abuso sexual

Un empresario se abalanzó sobre la entonces diputada de Podemos y simuló besarla en 2016 durante un acto oficial: le costó su cargo en la Cámara de Comercio de Sevilla, además de la correspondiente multa e indemnización

El empresario sevillano, en primer término, durante el juicio en el que testificó la entonces líder de Podemos
El empresario sevillano, en primer término, durante el juicio en el que testificó la entonces líder de PodemosAgencia EFE

"Se abalanzó sobre mí y con un empujón me amordaza la boca con la mano mientras aproxima su boca a la mía y simula besarme en los labios con su mano de por medio". Así explicaba la "agresión sexual" que Teresa Rodríguez, entonces diputada gaditana por Podemos en el Parlamento y hoy líder de la formación Adelante Andalucía, sufrió por parte de un vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla. Fue el 20 de diciembre de 2016 y, aunque con diferencias, resulta un caso parecido al protagonizado el domingo pasado por Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la jugadora Jenni Hermoso. Teresa Rodríguez denunció y la Audiencia Provincial de Sevilla condenó en septiembre de 2019 al empresario Manuel Muñoz Medina por un delito de "abuso sexual" en concurso ideal con un delito leve de falta de respeto y consideración debida a la autoridad, y a pagar una multa de 13.800 euros y una indemnización de 2.500 euros. Meses más tarde, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirmó la condena íntegramente, que ya advertía un “innegable impacto psíquico, desazón e incluso humillación” en la víctima.

Muñoz Medina presentó su "renuncia irrevocable" de la vocalía que ocupaba en la Cámara de Comercio de Sevilla. Durante el juicio, Teresa Rodríguez declaró que se sintió «humillada» como «un objeto». El tribunal pudo ver el visionado de la grabación de los hechos por el sistema de videovigilancia de la Cámara de Comercio. En el vídeo se aprecia que Rodríguez sale del despacho del presidente de la institución, invitada por éste a subir tras asistir en la sede a una exposición como portavoz parlamentaria de su grupo. En ese momento el acusado llega al pasillo desde otra sala donde se celebraba una copa de Navidad, deja su bebida en una mesa, se acerca a la diputada haciéndola retroceder contra la pared y acerca su mano a la boca de ella, besando su propia mano. En su declaración, el acusado negó cualquier contacto físico con Rodríguez. «No la empujé ni la agredí», «ni me apoyé, ni la rocé ni la toqué» aseguró, tras señalar que puso su mano en la boca de la diputada «a una distancia». Insistió en sus «reiteradas disculpas públicas» tras los hechos, pero se mostró «sorprendido» por la repercusión de lo que insistió en calificar como «una broma» que aseguró haber hecho «muchas veces a muchas personas». En su última palabra volvió a pedir perdón. “Se trató de una broma, una broma de mal gusto, a la vista de su repercusión, pero simplemente una broma”, insistió en su recurso.