Opinión | "Tornaviaje"
Prensa libre
Se trata de libertad. Sin puertas cerradas. De una prensa que ponga en juicio a todos los poderes fácticos. Si el periodismo libre muere seremos una dictadura del siglo XXI
Con la libertad de expresión se está a favor o en contra, sin términos medios. Lo recordó en su día Ansón. Lo hemos repetido en múltiples clases de grado y postgrado. Un gobernante, si tiene vena democrática, tiene que aguantar ese peso. Si los periodistas mienten están los tribunales para dilucidar la verdad en cada caso. Al presidente Sánchez le recomendamos que, si algún Medio de comunicación lo injuria a él o a sus parientes, acuda a los tribunales. Ahí tiene garantías.
Aunque él piensa que los jueces están en su contra. Tira por el camino del medio y propone dudosas formas para controlar a unos y otros. Con tribunales laxos y Prensa amiga, estaría en el Paraíso en la Tierra. Ideal de esa especie de demócratas autoritarios, que se cobijan dentro de las urnas de votación, pero les agrada más la comodidad de no tener que parlamentar con enemigos.
Es conveniente tener un periodismo excesivo, que uno amordazado. Y una Justicia justa, que una ajustada a lo que designe el ‘puto jefe’. El acoso que mantiene Sánchez y sus acólitos contra el Poder Judicial y la Prensa ‘enemiga’ pretende colonizarlos. Los quiere como apéndices siervos del Ejecutivo. Lo parlamentario está dominado por los momentos. Ese afán de control total es característico de los autócratas. Este Sánchez es de la misma calaña, aunque vestido de un Populismo Puebla- IA sin chándal, aún no estamos en el Trópico de Maduro.
¿Hay que recordar que la Prensa estadounidense tumbó a Nixon? ¿Por qué este Sánchez le teme tantísimo a la Prensa española que no controla? Sabe que puede subyugarla vía suspensión de la publicidad pública y en ello está. Coge ejemplo del coronel Chávez, experto en expropiar Medios. Tal vez su dimisión aquí y ahora no se produzca. Son otros tiempos. Sánchez sabe que está protegido por vascos y catalanes secesionistas y las ocultas manos del Estado profundo, que conspira en secretos cenáculos mundiales. Periodistas y jueces españoles estamos en la resistencia sin esperar medallas.
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