Semana Santa
Raúl Berzosa, el pintor del Vaticano: "Aún queda mucho por hacer en América y Asia"
Es uno de los pintores de arte sacro más importantes del panorama internacional. Sus obras han llegado a la Santa Sede y a iglesias de todo el mundo
El pintor malagueño es considerado uno de los artistas más influyentes en el panorama internacional de la pintura sacra. Sus obras, muy presentes en Andalucía, están repartidas por todo el mundo: desde el Vaticano hasta Estados Unidos y Latinoamérica. Raúl Berzosa es un genio de la pintura realista en continua evolución. Entre sus obras más importantes, innumerables incluso para el propio autor, se encuentran retratos del papa Francisco para ilustrar el sello de su 80 cumpleaños, pinturas que han servido para los libretos de las ceremonias en San Pedro del Vaticano, un conjunto de pinturas compuesto por seis lienzos que presiden la iglesia de Santa María Reina de la Familia en la capital guatemalteca de Cayalá, su colosal obra en el techo del Oratorio de la Hermandad de las Penas de Málaga, los diferentes carteles que han servido para ilustrar la Semana Santa de las principales capitales andaluzas, así como el cartel de la Romería del Rocío en Huelva y otras obras de gran interés artístico como el techo del palio de Nuestra Señora del Sol en Sevilla, entre otras muchas. Todas destacan por su exquisita belleza y su gran formato, llegando a necesitar en multitud de ocasiones andamios, grúas y un gran esfuerzo físico para poder realizarlas.
El arte siempre es un puente entre el espectador y lo que el autor quiere transmitir, pero en la pintura sacra se necesita un elemento indispensable: la fe. «La fe debe ser uno de los pilares de la creación del arte sacro. Si quiero que las pinturas funcionen necesito tener esa fe», asegura Berzosa. Es consciente de que sus obras, además de ser admiradas por su belleza, sirven de «culto a lo divino», por lo que en el arte sacro el autor busca siempre que su pintura «sea un camino para encontrar a Dios», como dijo el Papa Benedicto XVI. El autor insiste en que sus obras deben transmitir al espectador sus «creencias como católico» y que haya «una interacción, además de ser útil». Tanto es así que siempre le acompaña una reproducción de la Sábana Santa. Sus padres le inculcaron de pequeño que ahí está «el auténtico rostro de Cristo», motivo por el que su taller se encuentra presido «por una foto de la Sábana Santa de Turín» que le sirve, entre los numerosos lienzos, de «lugar de agradecimiento y rezo».
Berzosa ha crecido artísticamente de la mano de las cofradías andaluzas. La primera pintura pública cofrade fue la del cartel del Rocío de Málaga en el año 2000, con apenas 20 años. A partir de este momento realizaría auténticas obras de arte que han servido para aumentar el patrimonio de numerosas cofradías de la región andaluza y de España. Se podrían destacar los carteles de Semana Santa de Sevilla (2015), Málaga (2017) y Córdoba (2022), así como el del Centenario de la Agrupación de Cofradías de Málaga (2012) o el de la Romería del Rocío en Huelva (2016), el techo de palio de Ntra. Sra. Del Sol de Sevilla (2015), la pintura conmemorativa de la Bendición de la Imagen del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz (2021) o el Cristo de la Buena Muerte para el palacio episcopal castrense en Madrid (2019), entre otras. Sin embargo, el autor asegura que «el mayor encargo para una cofradía» fue la de decorar el nuevo Oratorio de la Hermandad de las Penas de Málaga (2008-2014), que tiene una superficie de diez metros de ancho por doce de largo. «Al principio no era consciente de la envergadura del proyecto», confiesa, para explicar que es lugar donde cuenta con «más pinturas, incluido el techo donde represento la Coronación de la Virgen María». En Andalucía, el autor destaca los encargos para la Iglesia de San Felipe Neri, las pinturas para la Estrella, la Esperanza de Triana y el templo del Valle de la Hermandad de los Gitanos en Sevilla o la Iglesia de San José en Almería.
Como todo artista en evolución, posteriormente fue separando su propia pintura sacra de la cofrade «hasta llegar a un punto donde esta pintura se lleva prácticamente todo mi tiempo de creación». Respecto a los numerosos encargos que recibe del extranjero, el pintor malagueño asegura que «se han multiplicado» en los últimos años y que «aún hay mucho por hacer en otros países de continentes como América o Asia». No obstante, a pesar del «rico patrimonio difícil de mejorar» con el que cuenta Andalucía, Berzosa sigue recibiendo numerosos encargos que ven la luz cada año. Su don para la pintura ha sido reconocido por la Santa Sede en multitud de ocasiones. El Vaticano ha utilizado sus pinturas para ilustrar los libretos de las ceremonias del Santo Padre y ha recibido encargos para ilustrar algún sello editado por la Santa Sede. En este contexto, ha retratado a los papas Benedicto XVI y Francisco para El Vaticano. «Algo que en un principio pensé puntual se ha alargado en el tiempo, es un auténtico honor. El último encargo fue este mismo año, el sello de la Pascua de Resurrección, uno de los más importantes que edita el Vaticano», reconoce. Dada su vinculación a la Santa Sede, ha conocido a ambos papas personalmente. De esos encuentros resalta «la atención y la cercanía de ambos y la atención a mis pinturas, así como a mis explicaciones sobre las distintas obras». Para el autor, como pintor y católico, «son de los momentos más importantes» de su carrera.
No es un trabajo fácil, aunque Berzosa hace que lo parezca. A pesar de la gran producción artística que atesora, en los últimos años ha tenido que aumentar el tiempo que le dedica a la pintura. Sus obras, que son normalmente de gran formato, le han obligado a trabajar incluso los fines de semana. Asimismo, recuerda que «además de las horas que dedico a la pintura, están las que se dedican a bocetos, lecturas, preparación de obras, contestar mails o redes sociales, entre otras cosas». Da vida a sus obras en un gran estudio con cinco metros de altura en el que, en el momento de esta entrevista, se encuentran tres lienzos que suman más de doce metros de ancho. El lienzo de mayores dimensiones que ha llevado a cabo es «uno reciente» para los jesuitas de Tampa, en Florida (Estados Unidos), que mide más de seis metros de ancho por casi tres de alto. Para ellos también realizó otros diez lienzos de 1,5 metros de largo por tres de ancho.
Respecto al Oratorio de Santa María Reina y Madre de la Hermandad de las Penas de Málaga, el joven pintor dedicó solo para los bocetos «nueve meses de dibujo», que fue compaginando «con otras obras del estudio» porque «no podía parar» todos sus trabajos para una sola obra. Subido a un andamio o un elevador, recuerda como uno de los principales inconvenientes «la postura de tener que mirar hacia arriba», algo que cuando transcurren las semanas «pasa factura», añade. Además, tenía que subir y bajar constantemente para comprobar que lo estaba haciendo bien. Para crear la profundidad que había planteado, el autor explica que, aparte de «controlar» el dibujo, tenía que controlar «en una superficie bastante grande las luces y la atmósfera». El resultado es admirado por todo el que entra, «de enorme satisfacción y agradecimiento al Señor» para el autor e incluso ha impresionado al papa Benedicto XVI. Actualmente, el Oratorio es un enclave cofrade muy relevante.
Berzosa aprendió y se desarrolla en Andalucía. A pesar de su gran producción y los grandes encargos que recibe cada año, es humilde e insiste en que muchos de sus logros ni los llegó a soñar. Sin embargo, aún tiene algo pendiente que espera cumplir en el futuro: realizar una obra para una de las iglesias de Tierra Santa.
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