Sanidad
Un robot con inteligencia artificial asistirá a los niños con cáncer de Sevilla
Haru no tendrá forma humana pero sí dos grandes ojos de color verde que transmitirán expresividad y dispondrá de un avatar
Un robot que empleará inteligencia artificial y que será capaz de contar cuentos, conversar, contar chistes, jugar y efectuar actividades de estimulación cognitiva interactuará con los pacientes de la unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
El nuevo robot se llamará Haru, que significia "primavera" en japonés, y sustituirá al actual robot Curro, antropomórfico, de unos sesenta centímetros de altura y unos ocho kilos de peso y que desde 2017 interactúa con los niños ingresados en la unidad de Oncología Pediátrica, sobre todo animándoles a hacer los ejercicios físicos prescritos por los fisioterapeutas. Haru no tendrá forma humana pero sí dos grandes ojos de color verde que transmitirán expresividad y dispondrá de un avatar o simulador para interactuar con él a través de una tableta, con lo cual también puede emplearse desde la casa de cada paciente.
Se trata de un prototipo de robot diseñado por Honda Research Institute que integra las directrices de UNICEF relativas al uso de inteligencia artificial para niños, ya que el objetivo es que Haru sea un robot socialmente inteligente capaz de detectar y procesar señales sociales y emocionales humanas para luego dar respuesta a estos comportamientos de una manera apropiada para el desarrollo de los niños, dando conversación, juego y aprendizaje.
El nuevo robot Haru será presentado en Sevilla el próximo día 23 en la gala que celebra la Asociación para los Efectos del Tratamiento del Cáncer (AEetc), que se constituyó en 2014 y cuya presidenta, Gloria Álvarez, ha explicado a los informadores que Curro ha sido programado para treinta interacciones que incluyen juegos, estimulación y que concluyen en una baile, que es lo que más suele divertir a los niños.
En el desarrollo de las aplicaciones que tendrá Haru han colaborado el grupo de investigación de Robótica Social de la Universidad Pablo de Olavide, el grupo de investigación en materia lingüística "Julieta" de la Universidad de Sevilla y la empresa tecnológica sevillana i4.
En la presentación del proyecto, la directora de Pediatría del Virgen del Rocío, Catalina Márquez, ha destacado la buena influencia que sobre los pacientes pediátricos ha tenido Curro durante estos años, sobre todo animándolos a levantarse de la cama para hacer los ejercicios físicos requeridos.
Márquez ha asegurado que aunque el cáncer en niños es poco frecuente es la principal causa de mortandad en niños con más de un año, y que el 80 por ciento de los casos se curan, si bien algunos dejan secuelas por la enfermedad o por los tratamientos, de ahí la necesidad de contar con esta robótica social como apoyo para el seguimiento terapéutico posterior.
Cada año se diagnostican unos 80 nuevos casos de cáncer infantil en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, y los profesionales de la Unidad de Oncohematología Pediátrica asisten más de 2.750 consultas y 750 ingresos en la planta motivados por el cáncer infantil.
En concreto, atienden más de 600 sesiones de quimioterapia oncológica, 300 sesiones de tratamiento citostático hematológico, 185 biopsias o aspirados de médula y 150 terapias intratecales. Los avances en los procedimientos diagnósticos y tratamientos del cáncer han posibilitado una mayor supervivencia y cada vez el diagnóstico es más precoz, los tratamientos son más personalizados y eficaces.
A medida que ha ido aumentando la esperanza de vida en la población infantil diagnosticada con cáncer, se han descubierto también importantes efectos secundarios a largo plazo que limitan de manera significativa su calidad de vida, como efectos cognitivos, físicos, emocionales y, en consecuencia, sociales.
Ante ese reto se creó la Asociación ETC, sin ánimo de lucro, formada por padres y madres de niños con cáncer cuyo objetivo fundamental es ayudar a superar las secuelas que les ha provocado el tratamiento oncológico. El nombre de la asociación alude a que después del tratamiento oncológico, lejos de terminar la lucha contra la enfermedad, viene un largo ETC, las siglas de Efectos del Tratamiento del Cáncer.
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