Sociedad

La explicación del autor del cartel de la Semana Santa de Sevilla que ha pintado a su hijo como a Cristo resucitado

"Necesitaba un modelo y la solución la tenía en casa. Mi hijo Horacio es bellísimo, a la manera que lo son los ángeles, los arcángeles y los querubines", indicó Salustiano

El autro del cartel, Salustiano, con la obra al fondo
El autro del cartel, Salustiano, con la obra al fondoAlejandro del Castillo / El Consejo

El cartel de la Semana Santa de Sevilla no ha dejado indiferente a nadie. "Impactante" ha sido uno de los términos utilizados para definirlo. La obra ha creado un gran debate en el seno cofradiero y en las redes sociales. Su autor, Salustiano ha recreado a Cristo como su hijo Horacio.

Salustiano actualmente trabaja con galerías de New York, Miami, Múnich, París, Florencia, Dusseldorf, Palm Beach, Holanda, México DF, Santiago de Chile, Maryland, Seúl, Sun Valley (Idaho), Berlín, Hamburgo, Tel Aviv o Nuremberg.

La Sección de Penitencia del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, tras el conocimiento de la Junta Superior, designó como cartelista de la Semana Santa de Sevilla de 2024 a Salustiano García Cruz, conocido artísticamente como “Salustiano”. Nacido en Villaverde del Río (Sevilla) en 1965, Salustiano se licenció en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla. El Consejo de Cofradías señaló, citando a la galería Stoa, que “Salustiano es un pintor sevillano, maestro del ámbito figurativo, que cuenta con un merecido reconocimiento internacional. Sus obras, retratos impactantes, sobresalen por la brillante técnica de ejecución y esa fina elegancia que solo consiguen los clásicos. En la contemplación de su obra, resulta inequívoca la reminiscencia al Renacimiento más sublime, con una composición de invocación cuatrocentista, en la que deslumbran los fondos planos monocolores, de un rojo rotundo, el “rojo Salustiano”, o un negro tornasolado, logrados a partir de pigmentos naturales que saturan ese fondo y lo desbordan, contagiando la ropa. Ello consigue aislar las figuras, mayoritariamente torsos, obteniendo un efecto de tridimensionalidad superlativa, a modo de rompimiento de gloria del siglo XXI. De este modo, sus figuras se convierten en tipos iconográficos de nuestro tiempo, consiguiendo ser el paradigma de un nuevo neorrenacimiento de rotunda contemporaneidad”.

Las claves de la obra las explicó el autor a través de un texto que leyó su sobrina Estrella titulado "Entre la multitud sólo estás tú". El autor narró la muerte de su hermano, portando "la luz más amable que jamás hubiera visto" y que es "la luz interior" que busca en sus obras. Salustiano explicó también que estuvo "tentado de representar a Cristo yacente" pero descartó esa idea pronto porque su trabajo "siempre se había posicionado del lado más sereno e iluminado de la vida". De ahí que eligiera "la resurrección" y en parte la de la "memoria" de su hermano. "Es un Cristo clásico como los barrocos", "sereno", "celebrando al dios que hay en Cristo" y no al hombre doliente como en otras zonas de Europa.

El autor, la obra y el modelo
El autor, la obra y el modeloAlejandro del Castillo / El Consejo

El Cristo de Salustiano presenta "unas heridas mínimas en el costado y en la mano, prácticamente ya curadas", indicó la sobrina en palabras escritas por su tío. Es también un Cristo joven "como metáfora de pureza" y "bello" en el sentido de Platón porque "belleza y bondad son la misma cosa".

"Necesitaba un modelo y la solución la tenía en casa. Mi hijo Horacio es bellísimo, a la manera que lo son los ángeles, los arcángeles y los querubines", explicó en su carta. "Por eso y por la ternura, la serenidad, espiritualidad que desprende su mirada, enseguida entendí que era el modelo perfecto para mi cuadro", señaló. El autor señaló que hubiera querido homenajear a todas las hermandades pero sólo pudo a dos: con el sudario de la Hermandad del Cachorro y las potencias del Cristo del Amor.

"El amor de Cristo nos alimenta y redime y ha sido el amor de padre, del hijo y del hermano" el que inspiró al autor "a crear esta obra plena de sereno respeto y de un insaciable anhelo de resurrección en la eternidad", concluyó.

Siguiendo su línea artística, Salustiano muestra su particular reminiscencia al Renacimiento más sublime, en la que deslumbra el fondo plano monocolor, de un rojo rotundo, el conocido como “rojo Salustiano”