Cultura

La galería de arte más pequeña del mundo está en un pueblecito de Sevilla

Hay precedentes, como una antigua cabina de teléfono en A Coruña, o el Small Small Space en Milán, de siete metros cuadrados

El empresario sevillano Juan Caballero
El empresario sevillano Juan Caballero Agencia EFE

Por Fermín Cabanillas

Hacía más de 20 años que un pequeño kiosco estaba abandonado en la calle Miguel de Cervantes de Gerena (Sevilla), un lugar con solo cuatro metros cuadrados que, gracias a la idea de un empresario hostelero, ahora guarda la galería de arte “más pequeña del mundo”, con una primera exposición ya en marcha.

Una iniciativa que ha sacado adelante Juan Caballero, que ha querido “no solo darle al pueblo una idea cultural innovadora”, sino también rendir homenaje a Antonio Aguja, el que durante muchos años gestionase el ‘Kiosco Aguja’, y que ahora está abierto, “a toda aquella persona interesada en exponer sus obras de cualquier índole”.

Es cierto que hay precedentes, como la pequeña galería que ocupaba una antigua cabina de teléfono que funcionó en 2020 en A Coruña, o Small Small Space, que, con siete metros cuadrados y situada en Milán, tenía hasta ahora el título honorífico de espacio dedicado al arte más pequeño del planeta.

Ahora, pendiente de que, posiblemente, el libro Guinness de los Récords pase por Gerena, Juan ha podido sacar adelante su gran ilusión, cuya idea le rondaba por la cabeza desde que una reforma de la calle donde están su casa, el kiosco y el bar, pusieron en peligro el lugar donde centenares de niños habían comprado chucherías años atrás, él mismo uno de ellos.

Curiosamente, si se eliminaba el kiosco su bar podía ganar espacio a la vista en su fachada, pero para él era más importante recuperar un elemento del patrimonio de su pueblo, y, además, reformarlo, porque en este caso se dan dos circunstancias paralelas: la inversión que ha tenido que hacer para adecentarlo no ha sido baja, y se trata de una actividad que a él no le dará ni medio euro de beneficio.

No se ha tratado solo de abrir la galería, porque ha colocado en dos de sus fachadas tanto el nombre de la misma como un 'sky line' de Gerena, ambos realizados con pequeñas piedras obtenidas tras reformarse el suelo de la iglesia del pueblo. La pericia de Juan Caballero para sacar adelante su idea ha hecho el resto.

La primera exposición

Y para que todo sea aprovechado cuanto antes, ya hay una primera exposición que se puede visitar, la de la diseñadora de moda flamenca vecina de la localidad Dolores Vecino, que muestra cinco fotografías de sus creaciones y un traje, que se pueden ver tanto accediendo al local como a través del cristal de seguridad que separa el interior del antiguo kiosco de la calle.

“La idea que tenemos es que todo el mundo que quiera utilizarla pueda participar de manera totalmente gratuita”, explica, destacando que se trata de un espacio que está en el mismo centro del pueblo, “que es algo emblemático, y abierto a todos los artistas que quieran exponer”, ya sean naturales del municipio o de cualquier sitio que se interesen por la idea.

Lista de espera y plazos de exposición

Por el momento, un cartel situado en el escaparate de la galería informa de que para exponer en su interior tan solo hay que acceder a la cafetería de Juan, ‘La Cantina’, llamada así por la plaza donde se encuentra, y simplemente hay que mostrar interés por ser parte de lo que se muestre.

El tiempo que dure cada exposición “dependerá de la demanda que haya de otros artistas, y será entonces cuando decidamos que sean dos semanas, tres, o un tiempo limitado”, pero siempre “totalmente gratuito” para quien quiera exponer.

Juan Caballero es consciente de que ha creado un espacio sumamente curioso, al que, además, se accede con facilidad en este municipio situado a poco más de 15 minutos de Sevilla capital en dirección a Mérida, a pocos kilómetros de la frontera oeste de la provincia de Sevilla con la de Huelva.

Se muestra “muy satisfecho” del homenaje que ha hecho al antiguo gestor del local, y, de hecho, la galería mantiene el nombre de ‘Kiosco Aguja’ en lo alto de su fachada principal.

Ahora, espera “que ningún artesano, artista, pintor o cualquier persona que tenga una disciplina cultural entre manos” se quede sin un lugar para exponer, en un pueblo donde tener una galería de arte no parecía entrar en los planes de sus casi 7.000 vecinos, pero que, además, ha colocado en el mapa del sector una que, por su originalidad, tiene mucho que contar entre sus pequeñas cuatro paredes