Tribuna libre
Ni cuerpo ni cartera que lo aguante
Alvaro Alés Ojeda, vocal de la Asociación Titulares de Casetas de Feria (ATICA), critica el modelo actual
El modelo de feria ha “acolapsao”. Con permiso del señor Lopera, que en paz descanse, y parafraseando una de sus míticas frases referida a la avenida de la Palmera, la calle Asunción la noche del sábado era la viva imagen del colapso del modelo de feria instaurado por la votación excéntrica de Espadas, que iba a ser para un solo año, y que aquí sigue perpetuada. Para los titulares y socios de casetas de la feria de abril de Sevilla, desde Espadas pintan bastos que, ni con todo el oro del turismo, soportan la resaca de las copas de rebujito de esta feria eterna y masificada. En la peatonalizada arteria que lleva al Real, se podían ver desde el viernes criaturitas disfrazadas de Pantera Rosa, seguidas por manadas de tigretones, en despedidas de solteros y solteras que aprovechan la feria para montar su circo. El sábado poco antes de las 12:00, se produjo la marabunta, una peregrinación hacia la portada la noche del “alumbrao”.
Las criaturitas se iban agolpando en una calle que se iba llenando hasta quedar “acolasá” al llegar al Amanecer, pero no al alba, sino a la esquina con Virgen de la Antigua donde se ubica el Restaurante Tex Mex que lleva mismo nombre. No se podía atravesar la portada hasta más de una hora después del “alumbrao”.
Una feria que empieza un sábado es lo que trae, turismo de botellón en mayor número que turismo de los del “taco” que se alojan en el Alfonso XIII o el Colón, para ir a los toros tras una buena comida en los restaurantes aledaños a la Maestranza. De éstos no había ni uno en la citada marabunta del sábado.
El domingo la marabunta se expandió más ordenadamente desde todas las calles circundantes a la portada, y a la bulla se sumaron miles de personas venidos por tierra, mar y aire. Unos en metros saturados que se asemejan a los de Tokio, en los que operarios empujan para llenar los vagones entre gritos de “al fondo hay sitio” o como se diga en japonés. Otros llegaban en cercanías y autobuses llenos como los de la India, venidos de poblaciones cercanas a una de las provincias que superan el millón de habitantes. Una cifra similar habría el domingo en el Real. Un pulular colorido de personajes que deambulaban arriba y abajo de las calles con nombres de toreros y llenaban casetas, que se suponen privadas, lo que obligaba a los socios y titulares de casetas a tener que tomarse la manzanilla o el rebujito en el albero frente al enrejado de sus propias casetas, donde otrora miraban los curiosos turistas. Saturación por fuera y por dentro donde no se podía ni respirar, entre el calor y la bulla. Siempre ha existido el caradura que vive en Madrid, pero es de Sevilla de toda la vida y siempre viene en “ferias”, que logra entrar en la caseta con 15 amigos, con la innegable habilidad de presentarse como el primo del cuñado de un sobrino de un socio, burlando a un portero que encaja más goles que farolillos hay en la feria. Estos personajes en el modelo de feria anterior llegaban el viernes cuando muchos socios ya estaban en Chipiona o Sotogrande según el presupuesto de cada cual.
No hay cuerpo ni cartera que aguante esta feria larga y masificada, que deja las calles de los Remedios como las de Pamplona en sanfermines, con olor a orín o efluvios de restos más sólidos que no pueden ser excrementos de caballos por tamaño y ubicación entre coches aparcados.
Esta feria no es como otras, miles de sevillanos pagan una tasa al ayuntamiento para que esta fiesta exista, y el gasto sólo empieza ahí, empezando por los montadores, sonido, animación, decoración y terminando con la contratación de hosteleros que ahora llaman caseteros. Su labor es indispensable, pero no hay que confundirlos con los titulares de las casetas porque unos cobran y otros pagan la fiesta. Cada vez más titulares de casetas se agrupan en la recién creada asociación ATICA y han dicho basta ya a este modelo de feria insostenible. Así lo votaron casi unánimemente en su Asamblea constituyente, acordando solicitar al Ayuntamiento la vuelta al lunes con solo una abstención y ningún voto en contra. Y así lo han vuelto a refrendar en la reciente Asamblea General previa al pregón celebrado el 9 de abril.
Como se explicaba en este mismo periódico recientemente, el alcalde ha pasado prometer en campaña la vuelta al lunes de pescaito, a proponer una consulta con tres opciones y finalmente organizar la actual gymkana de dos opciones. En este juego digital si pinchas en la url aparece una web que metiendo tus datos te da un pin que permite el panpúm de una votación que nunca debió haberse celebrado.