Son 450 millones, Juanma

Entre los vacíos del gobierno central, el de las relaciones con Sudamérica destaca por su pura ausencia. Pedro Sánchez, que se vuelve loco por la diplomacia internacional cuando tiene que contentar a sus socios catalanes, sólo viaja al otro lado del Atlántico si le llaman para hacerse la foto con algunos de los líderes del nuevo populismo. Allí va encantado y saluda con la manita, pero luego el negocio y las relaciones comerciales siguen idénticas a las de hace más de treinta años: caducas e ineficientes.

Juanma Moreno, que como los emperadores germánicos ha sido reconocido por el Papa, debería entender ya que la oportunidad andaluza espera en la otra orilla. Nada nuevo, ninguna genialidad, pero es cierto que muchas veces lo más evidente, lo que se coloca delante las narices nos pasa desapercibido. El “Gobierno del Cambio” (risas enlatadas por favor) tiene la habilidad de utilizar los mismos mecanismos que la etapa socialista, despojada de corrupción, y asumir que por su filtro pasa la totalidad de los grandes discursos de la comunidad: Medio Ambiente, el 28-F, la fecha histórica del 6 de diciembre con García Caparros, el feminismo, Blas Infante y su legado andalucista, ha conseguido la adhesión de Alejandro Rojas-Marcos y hasta la aplauso de Felipe González.

El “Movimiento Regional”, en tanto que lo es, anega como el Nilo se desbordaba en la Antigüedad: hasta los topes de Egipto. Sólo le queda darse la vuelta y entender que le esperan 450 millones de personas que hablan español, que comparten nuestra cultura y que desean que Europa les hable de tú a tú.

Tuvimos nuestra ocasión en los “fastos” del Bicentenario de la Constitución de 1812, pero el momento económico no daba para más y sólo Teófila Martínez, entonces alcaldesa de Cádiz, defendió que había que hacer las américas sin prejuicios históricos o culturales. En San Telmo deben entender que la mejor opción para el crecimiento económico de los andaluces no reside sólo en Bruselas, sino que debe de liderar ya las relaciones con Sudamérica al nivel que le corresponde.