
Política
La vicepresidenta «Spiriwoman»: del ministerio a coger la pancarta
María Jesús Montero se planta hoy en San Telmo para defender la sanidad pública que ella contribuyó a deteriorar

Todo vale para el actual PSOE. No hay memoria. El difunto doctor Jesús Candel, más conocido como «Spiriman», permanecerá ahí arriba –o donde sea– incrédulo, atónito. La vicepresidenta del Gobierno de España, ministra de Hacienda, exconsejera de Salud y de Hacienda de la Junta, la política andaluza con más poder (mano derecha del presidente Pedro Sánchez) acude hoy a una movilización contra la gestión sanitaria de la Junta de Andalucía. Con ella en el Consejo de Gobierno de Susana Díaz se fusionaron hospitales, aplicaron recortes de servicios y se amortizaron 7.500 empleos, disparando las listas de espera. María Jesús Montero quizá sufra amnesia, pero lo que resulta imposible de olvidar es que ella es la principal responsable de que Andalucía permanezca infrafinanciada en 1.500 millones de euros anuales con el actual modelo de financiación que ella se niega a cambiar. Aun así, ayer anunció que tiene previsto participar en Sevilla en la manifestación convocada por los sindicatos Satse, CSIF, CCOO y UGT, junto con la Coordinadora de la Marea Blanca, en defensa de la sanidad pública.
«Con la salud no se juega», dicen en el PSOE-A, entre acusaciones falsas de «privatización encubierta». Curiosamente, lo mismo que denunciaba «Spiriman» en 2017, señalando directamente a Montero: «Se está privatizando la sanidad y lo está haciendo el Partido Socialista de Andalucía».
Montero no sale de un lío cuando entra en otro. Vicepresidenta a tiempo parcial y secretaria general, con cada día mas ínfulas de candidata a la Junta, de viernes a domingo. Ayer arrancó su turné por los congresos provinciales socialistas en Almería. Allí, Montero pronunció su mitin y defendió que el PSOE pone «voz a los vulnerables» y usa la política para «impulsar la igualdad entre hombres y mujeres para qu ninguna mujer se quede sin denunciar porque tenga miedo a que su testimonio no sea creíble».
«Las medallas de Bonilla son las de las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez. Votan siempre ‘no’ a los avances de este país», añadió. «No me tienen miedo a mí sino a un PSOE ganador. Cuando lleguemos volveremos a hacer de la sanidad pública uno de los orgullos de los andaluces», dijo.
Tras participar hoy en la movilización y plantarse en la misma puerta de San Telmo, Montero, ya por la tarde, participa en los congresos provinciales del PSOE de Cádiz, primero, y de Sevilla, después. En la provincia gaditana, bajo el lema «Cádiz por delante», inicia su segundo mandato, el recién reelegido secretario general y alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix. Poco o nada se ha filtrado de la posible nueva Ejecutiva socialista, pero sí se ha sabido que Ruiz Boix, en un gesto de conciliación y por la unidad y el equilibrio, le ha ofrecido a Javier Ruiz Arana una de las vicesecretarías. Dicha invitación, de ser aceptada, debería facilitar la convivencia en una formación política que en las Primarias evidenció algunos «descosidos» y reveló la inexistencia de comunicación del propio Ruiz Boix con algunos de los pesos pesados del partido, caso de José María Román o López Gil. En la nueva Ejecutiva también estarán presentes algunos de quienes le acompañaron en las Primarias en aras a favorecer la estabilidad en el partido. Entre los grandes retos de esta nueva etapa de Ruiz Boix al frente del partido, figura recuperar la Diputación y, obligatoriamente, algunos de los ayuntamientos que el PSOE perdió en las últimas municipales.
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