Tribuna

El XXV aniversario del Reinado de S.M. el Rey Mohammed VI

«El liderazgo de S.M el Rey ha convertido a Marruecos en un Estado moderno y pujante en África y en socio preferente de la Unión Europea», señala Héctor Álvarez García, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Pablo de Olavide

S.M. el Rey Mohammed VI
S.M. el Rey Mohammed VILa Razón

El 30 de julio se celebra la Fiesta del Trono de S.M el Rey Mohammed VI en el Reino de Marruecos, con la que se conmemora el 25° Aniversario de su adhesión al trono de sus gloriosos antepasados de la dinastía Alauí. Esta festividad fue instituida oficialmente por su abuelo, S.M. el Rey Mohammed V, padre de la independencia de Marruecos, en 1934. Desde entonces, es considerada una fiesta de esperanza, renacimiento y lealtad a Dios, a la Nación y al Rey.

Esta gozosa efeméride, que festejan entusiastas nuestros hermanos marroquíes, nos da la oportunidad de glosar los principales hitos que han jalonado los primeros veinticinco años del reinado de S.M el Rey Mohammed VI en Marruecos, país hermano al que España siempre debe tener presente –como Nación amiga y aliada– en sus afanes y desvelos para arrostrar los desafíos globales en el marco del multilateralismo y la cooperación internacional.

El liderazgo de S.M el Rey ha convertido a Marruecos en un Estado moderno y pujante en África y en socio preferente de la Unión Europea. La intensificación de la diplomacia en las relaciones internacionales y una política reformista orientada a la profundización democrática, la garantía de los derechos humanos y el bienestar de los ciudadanos han sido las señas de identidad de un reinado comprometido con la unidad territorial y el desarrollo integral y sostenible del país.

Dentro de la acción exterior del Reino, hay que resaltar el apoyo generalizado de la comunidad internacional al Proyecto de Autonomía para el Sáhara (2007), en el marco del regionalismo avanzado de Marruecos. Esta Iniciativa es una «tercera vía» –sin vencedores ni vencidos– y constituye la solución más seria, realista y creíble para poner fin al conflicto sostenido militarmente por el Polisario y Argelia y asegurar la integridad territorial y la reconciliación nacional de Marruecos. Asimismo, debe subrayarse la contribución superlativa del Reino alauita a la paz y la seguridad de África y Europa mediante su política de soft power contra el terrorismo islámico y el crimen organizado en el Sahel, basada en el liderazgo económico –segundo inversor en el Continente– y la autoridad religiosa de S.M el Rey.

La privilegiada situación geográfica de Marruecos coadyuva sobremanera al desarrollo económico de los Estados sahelianos, favoreciendo los intercambios comerciales a través del puerto Tánger Med, que se complementará con la autovía Tánger-Dakar; la apuesta nacional por la Royal Air Maroc, activo vertebrador y facilitador de las inversiones; el gaseoducto marítimo Marruecos-Nigeria y en un futuro próximo mediante la Iniciativa Real Atlántica que les dará acceso al océano por el puerto de Dajla en el Sáhara.

S.M. el Rey, en su condición de Comendador de los Creyentes, encarna una legitimidad religiosa que trasciende las fronteras del Reino. Desde los albores de su reinado, ha garantizado la convivencia armónica de las tres religiones del Libro y ha combatido el salafismo yihadista en el África subsahariana a través de la exportación del modelo confesional abierto y moderado de Marruecos, que reposa sobre la libertad de culto reconocida en la Constitución, la competencia exclusiva del Consejo Superior de los Ulemas para dictar las fatawa: dictámenes legales emitidos por los doctores de la ley islámica, y el Instituto de Formación de Imanes y Predicadores, creado para combatir el fanatismo islámico mediante la enseñanza de las genuinas esencias coránicas.

S.M. el Rey Mohammed VI ha impulsado una agenda de reforma social y democrática en el país, que ha cristalizado en la Constitución de 2011. La Carta Magna consagra la división de poderes, el pluralismo y los derechos humanos. Un reconocimiento especial requiere la creación en 2004 de la Instancia de Equidad y Reconciliación, porque constituye un hito histórico en el ámbito de la protección de los derechos humanos la asunción voluntaria de responsabilidades para reconciliar a Marruecos con el pasado. Asimismo, debemos remarcar los avances realizados en materia de igualdad entre el hombre y la mujer, que han tenido su reflejo en la reforma del Código de Familia, la incorporación de la mujer como predicadora para fortalecer y difundir el Islam moderado, así como en su mayor presencia en la vida política, empresarial y académica de Marruecos, gracias a las medidas legislativas aprobadas para facilitar la conciliación de la vida personal y profesional. Y, finalmente, debemos subrayar la metamorfosis del sistema de seguridad social de Marruecos, que ha ensanchado su base tuitiva mediante la generalización del seguro médico obligatorio (sanidad universal); la extensión de las ayudas familiares; la ampliación de la prestación por jubilación y la universalización de la prestación por desempleo.

S.M. el Rey impulsa bajo su dirección la creación de riqueza y el bienestar en el conjunto de las regiones del Estado. Durante su reinado, el producto interior bruto de Marruecos se ha multiplicado por más de tres hasta los 130.493 millones de euros en 2023. Los puntales de este crecimiento han sido la modernización del sector primario para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria; la inversión en infraestructuras terrestres –miles de kilómetros de autopistas y vías ferroviarias de alta velocidad– y portuarias (Tánger Med y Dajla), claves para la dinamización de la economía y la inversión extranjera, y la transición energética articulada mediante megaproyectos solares, como la planta Noor Ouarzazate, uno de los complejos de placas solares más grandes del mundo con una capacidad de 1.600 megavatios, y eólicos, como el parque de 900 megavatios en Dajla, que convierten a Marruecos en un país con superávit energético y en uno de los principales proveedores de energía de África y de Europa.

El balance, por tanto, de estos primeros veinticinco años del reinado de S.M el Rey Mohammed VI es netamente positivo y motivo de orgullo para los ciudadanos marroquíes. Confiamos en que los próximos años la acción política del Reino alauita, enmarcada en el multilateralismo, la cooperación internacional y en los Proyectos de desarrollo Sur-Sur con los países hermanos de África, siga la estela ya iniciada y se persevere en la consecución de los objetivos marcados en el plano territorial, social y económico.