Opinión | "Méritos e infamias"
Zurdos y calientes
"Al PSOE, que todos son pulgas, le nació en el costado otro salido"

Cuando Íñigo Errejón sucumbió a su propia trampa supimos que ciertos personajes pueden ser también personas e iguales a nosotros. Incluso malas, a las que además les huele el sobaco como a usted y a mí. El pobre Íñigo, que parece ser que ni se sacó la churra, acabó frente a sus conmilitonas empoderadas y resilientes retratado como el salido habitual de las cinco y media de la mañana un sábado en la discoteca.”¿Un cigarrito?” Se trató de la primera cuenta del rosario de decepciones en este movimiento integrista donde los otros son siempre demonios y nosotres santes.
Lo malo es que al final llega la realidad, te rompe tu sagrado catecismo y el fiel “compañero” se transmuta en un espectro tan cochino como el señoro de derechas al que le gritas desde el escaño. “¡No hija, no!”, mucho peor, porque además de la repulsión natural, sus gorrinadas dinamitan el discurso pacotilla “woke” que te sustenta el sueldo que cobras. Roto el botijo, como únicamente tiene dentro nada, pues eso, sólo aire chicas. Al PSOE, que todos son pulgas, le nació en el costado otro salido. Francisco Salazar, al que en sus ratos de despacho le daba, según indican denunciantes anónimas pero que trabajaban con él, por pervertir a sus subordinadas aprovechando el horario de oficina. Una joya, al calor del presidente del Gobierno pero al que Pedro Sánchez, que es otra realidad cósmica, nunca conoció de verdad; y eso que se trata de uno de los cachorros del Toscanismo Nazareno, ese sistema político que gobierna en Dos Hermanas bajo la fórmula del socialismo hereditario.
El “vomitivo”, según Pilar Alegría, nutrió a la Moncloa de una recua de recomendadas que ahora, ya caído el líder, le esparcen paletadas de tierra sobre su ataúd caliente. Que hagan sitio, porque el siguiente en ascender al limbo rijoso es Antonio Navarro, el hombre en Torremolinos de María Jesús Montero, su “queridísima”, al que ya han lanzado a la hoguera de los calientes con la que purgan en Ferraz a sus desconocidos.