Perros de terapia

Bobby, el héroe de las residencias que ha conquistado a la tercera edad

Un labrador terapeuta transforma la jornada en una residencia de mayores en Lleida, dejando a su paso sonrisas y emotivos recuerdos entre los residentes

Perro de terapia en el hospital.
Perro de terapia en el hospital.Dreamstime

La Fundación La Vall, centro especializado en el cuidado de personas mayores ubicado en Lleida, fue escenario recientemente de una visita de un perro de terapia que ha generado una gran repercusión. Boby, un ejemplar de labrador adiestrado para ofrecer apoyo emocional, compartió una jornada con los usuarios de la residencia, entre los que se encuentran pacientes de Alzhéimer.

La presencia de Boby consiguió generar un ambiente de alegría y conexión, logrando que muchos residentes, algunos de ellos con dificultades para expresar emociones, mostraran sonrisas y gestos de afecto. Este tipo de intervenciones forma parte de terapias asistidas con animales que buscan mejorar la calidad de vida de colectivos vulnerables.

La Asociación Recuérdame Alzheimer, impulsora de estas iniciativas, ha compartido imágenes de la visita, destacando la profunda interacción entre el perro y los mayores. La capacidad de Boby para establecer un vínculo instantáneo con los residentes subraya el valor de estas terapias en el ámbito gerontológico.

El efecto de la compañía animal en el bienestar de los mayores

Durante su estancia en la Fundación La Vall, Boby se convirtió en el centro de atención, recibiendo numerosas caricias y expresiones de cariño por parte de los residentes, tal y como recoge el medio La Vanguardia. Uno de los momentos más destacados fue la interacción con una usuaria que, emocionada, no dejaba de elogiar al perro, considerándolo "el más guapo" y destacando su buen comportamiento.

La Asociación Recuérdame Alzheimer ha señalado que las risas se sucedieron en los pasillos de la residencia, y la visita de Boby sirvió para que los mayores evocaran historias y recuerdos de sus propias mascotas de antaño. Este ejercicio contribuyó a llenar el espacio de nostalgia compartida y conversación.

Según los promotores de la actividad, la tarde mostró de manera palpable la conexión entre el humano y el animal, recordando la influencia considerable del afecto y el acompañamiento en el estado de ánimo de las personas. La jornada se percibió como un momento donde la compañía animal logró trascender barreras.

Un lazo que refuerza la empatía y el cuidado

Desde la Asociación Recuérdame Alzheimer han subrayado que la aportación de Boby no solo se tradujo en momentos de alegría, sino que también reforzó de manera importante la relevancia de la empatía y el cuidado mutuo. Las imágenes capturadas durante la jornada se consideran un testimonio valioso de cómo la terapia con animales puede transformar la rutina.

Cabe destacar que esta no ha sido la única intervención de Boby, ya que el labrador ha realizado múltiples visitas a residencias de ancianos con anterioridad. La continuidad de estas actividades subraya el compromiso de la asociación con el bienestar emocional de la población mayor.

La difusión de los vídeos de Boby en redes sociales ha provocado una respuesta entre los usuarios, quienes han expresado su admiración por la labor del animal y el impacto positivo que genera. Numerosos comentarios reflejan la creencia de que la combinación de personas mayores y animales fomenta un afecto genuino y desinteresado.