
Playas
Los dermatólogos alertan: ¿qué son los dragones azules que están obligando a cerrar playas españolas?
Este ser diminuto del tamaño de una moneda, con una belleza casi fantástica y un veneno que obliga al cierre temporal de playas

En las últimas semanas, varias playas españolas han tenido que izar la bandera roja por una presencia insólita: el dragón azul. Este pequeño molusco marino, de apariencia hipnótica y apenas unos centímetros de longitud, ha irrumpido en la actualidad con la fuerza de lo inesperado.
Su hallazgo en la costa de Alicante, en Cádiz, en Baleares o en Canarias ha desconcertado a bañistas y ha obligado a las autoridades a extremar precauciones. Detrás de su belleza metálica y su nombre casi mítico se esconde un veneno capaz de provocar intensas reacciones en la piel humana y, en casos graves, complicaciones médicas. Un visitante que parece inofensivo, pero que en realidad puede ser verdaderamente peligroso.
¿Qué son los dragones azules? El pequeño pero peligroso animal que está cerrando playas españolas
A simple vista, parece una criatura salida de un cuento. Sus tonos azul eléctrico plateado y sus apéndices ramificados evocan alas de dragón. Sin embargo, su belleza encierra poderosas defensas. Se alimenta de medusas y sifonóforos como la temida por los bañistas carabela portuguesa, de los que toma células urticantes que acumula en sus ceratas, pequeños “dedos” defensivos en su cuerpo.
En contacto con la piel humana, estos nematocistos provocan síntomas que pueden ir desde enrojecimiento y quemazón hasta dolores intensos, vómitos, náuseas o reacciones alérgicas graves, especialmente en personas sensibles, niños o pacientes con enfermedades respiratorias o cardíacas.

Playas en alerta: fenómenos inesperados que exigen vigilancia
Este verano no ha sido la primera vez que aparece este nudibranquio en nuestras costas, pero sí ha sido especialmente notable. En Guardamar del Segura, tras hallar ejemplares en la playa de Vivers, el baño fue prohibido temporalmente y solo se permitió con bandera amarilla al día siguiente.
Situaciones similares se han dado en La Línea de la Concepción (Cádiz), donde seis ejemplares obligaron a cerrar la playa de Santa Bárbara, y en Famara (Lanzarote), donde ocurrió algo parecido.
Y atención: en Mallorca, Valencia o el noroeste balear, la especie no se había visto en más de 300 años, lo que ha despertado preocupación entre científicos y ciudadanos.
¿Por qué ahora? Claves del momento y la ciencia detrás
Extraído de aguas templadas y tropicales, esta babosa vive flotando boca abajo en alta mar y normalmente no se deja ver tan cerca. Dos factores clave explican su llegada repentina:
- Cambio climático: el aumento de la temperatura del mar facilita la supervivencia de especies de zonas cálidas.
- Corrientes y temporales: oleajes y vientos pueden arrastrar estos organismos hacia la orilla, donde quedan varados y visibles.
A pesar de su fama peligrosa, especialistas como Juan Lucas Cervera, de la Universidad de Cádiz, minimizan el riesgo mortal: “Su veneno no es tan potente como el de la carabela”, advierte, aunque recomienda interés y vigilancia sobre la especie.
¿Qué hacer si lo ves o lo tocas?
Lo primero, no tocarlo (ni siquiera con guantes): cualquier contacto puede activar toxinas.
Si hay contacto accidental:
- Lavar con agua salada, nunca dulce ni vinagre.
- Retirar restos con tarjetas rígidas o guantes.
- Aplicar frío local para aliviar el dolor.
- Acudir a urgencias en caso de síntomas graves.
En caso de picadura, la actuación debe ser inmediata, siguiendo el protocolo habitual para picaduras de medusa o carabela portuguesa. Lo primero es lavar la zona con agua salada (nunca dulce) y aplicar calor, ya que el calor ayuda a desnaturalizar la toxina proteica. Inmediatamente después, se debe buscar atención médica urgente, especialmente si aparecen síntomas sistémicos.
El dragón azul es un inesperado compañero de playa este verano. Bonito pero peligroso, es un recordatorio vívido de que la naturaleza marina, por muy bella que sea, es ajena a la inocencia. Mientras las autoridades gestionan la vigilancia de las playas, la babosa se mantiene como la criatura casi fantástica que ha traído la alerta roja al corazón del verano español, demostrando que en el mar, el tamaño no siempre es sinónimo de inofensividad.
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