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¿Tu perro se lame las patas compulsivamente? Este es el motivo y estas son las mejores soluciones

El incesante lamido de patas en perros: un hábito que va más allá de la costumbre y podría ser síntoma de diversas afecciones

perro labrador
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La lamida excesiva de patas en perros es una preocupación habitual para muchos dueños, un comportamiento que a menudo es un indicador de problemas subyacentes. Identificar su origen es clave para aplicar el remedio adecuado y devolver el bienestar al animal.

Este hábito compulsivo puede originarse en afecciones físicas o emocionales. Entre los motivos más frecuentes se encuentran las alergias, las infecciones bacterianas o por levaduras, las lesiones cutáneas e incluso la presencia de parásitos.

No obstante, el problema también puede derivar de factores conductuales, como el estrés, la ansiedad o la falta de estimulación mental y física. Abordar este comportamiento exige un enfoque integral, combinando tratamientos específicos con cambios en la rutina del can.

Diversas soluciones para un mismo problema

En primera instancia, si la lamida de patas es persistente, es crucial la consulta veterinaria. Las causas médicas, como alergias o infecciones (bacterianas o fúngicas), a menudo exigen diagnósticos y tratamientos profesionales. Esto puede implicar espráis, cremas con hidrocortisona o champús medicinales específicos, según Prettyfluffy. Para alergias alimentarias, el veterinario podría sugerir un cambio de dieta hacia piensos hipoalergénicos o dietas crudas, una medida de notable eficacia.

Asimismo, la lamida de patas puede indicar aburrimiento o ansiedad en el animal. Estos comportamientos compulsivos, como morder o lamer, suelen surgir por falta de ejercicio o estimulación mental insuficiente. Para mitigar estas conductas, se recomienda asegurar que el perro reciba al menos treinta minutos de paseo diario y explorar actividades de enriquecimiento que lo mantengan ocupado, sobre todo cuando está solo. Proporcionar juguetes masticables o huesos también ofrece una salida positiva para el estrés, redirigiendo su atención.

Por otro lado, un cuidado adecuado de las patas puede prevenir o aliviar la sequedad y las grietas, causa común de lamido. Bañar las patas con un champú suave y secarlas a fondo, con atención al espacio entre los dedos, mantiene la piel hidratada y sana. Tras el baño, un bálsamo natural para almohadillas puede sellar la humedad. Para evitar el lamido, un vendaje o un calcetín ligero en la pata afectada puede, con paciencia, romper el hábito.

Finalmente, para quienes prefieren un enfoque más natural, existen soluciones caseras que pueden aliviar la irritación. Baños de avena (antiinflamatorios), compresas de té de manzanilla o la aplicación diluida de vinagre de sidra de manzana o aceite de coco virgen son remedios populares. Una disolución de bicarbonato de sodio en agua tibia también alivia la piel irritada con inmersiones de unos diez minutos. Es crucial contactar a un veterinario de inmediato si la lamida de patas se presenta junto con signos como inflamación, hemorragias, dificultad para caminar, enrojecimiento persistente o cualquier olor extraño en la zona, ya que podrían ser indicativos de condiciones médicas serias.