
Veneno
¿Puede una serpiente matarte en España? Pocos lo saben, pero existe este peligro en nuestro país, aunque es mínimo
A pesar del pánico que generan, las mordeduras o picaduras graves de animales venenosos son muy raras en España, donde abejas y avispas causan el mayor número de fallecimientos por reacción alérgica, no las serpientes

España, un país de rica biodiversidad, es hogar de una variedad considerable de especies animales, incluidas trece tipos de serpientes. De esta decena larga de ofidios que habitan la península ibérica, únicamente cinco poseen veneno, una cifra que contrasta con las cerca de 3.500 especies documentadas a nivel global. Estos reptiles desempeñan un papel ecológico vital en el equilibrio de nuestros ecosistemas, controlando poblaciones de roedores y sirviendo de alimento para otros depredadores.
No obstante, y a pesar de la presencia de estas especies venenosas, el riesgo real para el ser humano es notablemente bajo. Los datos oficiales confirman esta apreciación: entre los años 1997 y 2020, se registraron apenas 1,23 casos graves por cada millón de habitantes. En ese periodo de veintitrés años, solo se documentó un único fallecimiento atribuido directamente a la mordedura de una serpiente en todo el territorio nacional.
Asimismo, la principal causa de mortalidad relacionada con picaduras de animales en España recae en un grupo que a menudo pasa desapercibido. Son las abejas y avispas las responsables del mayor número de decesos registrados, fundamentalmente a causa de reacciones alérgicas graves, conocidas clínicamente como shock anafiláctico. Este dato subraya la importancia de la prevención y la atención médica en casos de alergia conocida.
Manejo y conservación de la fauna ibérica
Las víboras, como la víbora hocicuda o la áspid, son las especies con el veneno más potente en la península ibérica. Sin embargo, la culebra bastarda, a pesar de ser la serpiente venenosa más extendida en la geografía española (excepto en la cornisa cantábrica), posee un veneno de menor potencia que el de las víboras y sus colmillos situados en la parte posterior de la boca dificultan de calado la inoculación en una mordedura.
En general, la gran mayoría de los encuentros con fauna venenosa, incluyendo serpientes, medusas o arañas, suelen resultar en incidentes leves. Estos se limitan a síntomas como dolor local, inflamación o edemas, que por lo común remiten por sí solos sin requerir intervenciones médicas complejas. Mantener la calma y no intentar manipular al animal es siempre la mejor estrategia para evitar complicaciones.
Conviene recordar que una convivencia respetuosa con la fauna autóctona implica conocer y respetar sus límites. Intentar capturar o, incluso, matar a un animal que ha provocado un incidente no solo entraña un peligro considerable para la persona, sino que, además, puede ser ilegal según la legislación vigente. De hecho, varias especies como la culebra bastarda, la culebra de cogulla y la víbora hocicuda, esta última catalogada como vulnerable, gozan de protección legal debido a su estado de conservación, lo que subraya la importancia de su preservación.
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