Qué significa si tu gato jadea como un perro: pocos lo saben, pero puede necesitar ir al veterinario

A diferencia de los perros, en los que el jadeo es un mecanismo habitual para regular su temperatura, en los gatos esta forma de respirar con la boca abierta no es lo común y suele ser un indicativo de que algo no va bien. Aunque puede haber alguna excepción, en la mayoría de los casos requiere cierta atención.

Observar a un gato jadeando puede generar preocupación, y con razón. Si bien en algunos contextos muy concretos podría no ser una emergencia inmediata, entender las posibles causas detrás de esta conducta es importante para la salud del felino. Hay muchos factores en los que tener cuidado con tu felino, como por ejemplo, cuidando sus orejitas del calor este verano.

El jadeo felino puede manifestarse de manera similar al canino, con la boca abierta y movimientos rápidos en el pecho, aunque la lengua del gato no suele sobresalir tanto. Detrás de esta respiración pueden esconderse una variedad de motivos, algunos leves, pero otros de considerable envergadura.

Del calor al susto: los motivos detrás del jadeo felino

Si bien el jadeo puede ocurrir en situaciones puntuales y no graves, como tras un ejercicio intenso o un momento de estrés, también puede ser señal de causas de salud subyacentestal y como recoge el medio Thesprucepets. Es fundamental distinguirlas.

Una causa de preocupación notable es el sobrecalentamiento. Los gatos pueden jadear si tienen demasiado calor, lo que puede escalar rápidamente a un golpe de calor, una situación peligrosa que requiere atención urgente. Otros signos incluyen salivación excesiva o almohadillas sudorosas. Si la temperatura corporal alcanza los 40 grados Celsius o más, hay que buscar ayuda de inmediato.

En el lado menos preocupante, a veces los gatos jóvenes o los gatitos pueden jadear brevemente tras juego intenso. Si este jadeo cesa rápidamente al calmarse, no suele ser alarmante, pero si persiste en un gato adulto, podría ser prudente una revisión veterinaria. Otros aspectos en los que hay que tener cuidado con tu gato, como por ejemplo, su dieta para evitar parásitos.

El estrés o ansiedad es otro factor. Situaciones como viajes en coche o visitas al veterinario pueden provocar jadeo. Este debería desaparecer al tranquilizarse el gato, pero si la ansiedad es de calado, pueden necesitarse medidas para gestionarla.

Cuando el jadeo aparece sin explicación aparente, la consulta veterinaria se vuelve esencial. Las posibles causas médicas son diversas y van desde problemas comunes hasta condiciones raras.

Las afecciones respiratorias como el asma felina, la neumonía o la bronquitis pueden manifestarse con jadeo. Si un gato con una infección respiratoria común empieza a jadear, esto se considera una complicación que demanda atención urgente.

La enfermedad cardíaca también puede causar dificultad respiratoria y, consecuentemente, jadeo. Un corazón agrandado puede ejercer presión sobre las vías respiratorias. Si se sospecha de un problema cardíaco, se necesita atención de urgencia.

Las lesiones traumáticas pueden inducir jadeo, tanto por el dolor y el shock como por el propio daño físico. Costillas fracturadas, contusiones pulmonares o hernias diafragmáticas son ejemplos de lesiones que pueden dificultar la respiración.

Un gato puede jadear también debido a anemia. La falta de glóbulos rojos limita el transporte de oxígeno, y el jadeo es un mecanismo compensatorio. Palidez o debilidad son otros signos. Si se sospecha de anemia, la atención de urgencia es prioritaria.

Aunque menos habitual en gatos que en perros, los gusanos del corazón pueden provocar una enfermedad respiratoria asociada (HARD) debido a la inflamación pulmonar, causando jadeo o dificultad para respirar.

Por último, si se atraganta con algo, un gato puede jadear o respirar con la boca abierta. Esto es una emergencia y requiere acción inmediata.

En resumen, el jadeo no es un comportamiento normal y rara vez debe ignorarse, especialmente si no hay una razón obvia como el juego extremo transitorio o el estrés momentáneo. Dado que los gatos suelen ocultar sus dolencias, ante un jadeo inexplicable, lo más sensato es contactar a un veterinario.