
Animales
Saltan las alarmas con un parásito comedor de carne que está devorando el ganado: pero la solución está en camino con millones de moscas
El veto de EE.UU. al ganado mexicano por el gusano barrenador frena las exportaciones y lastra la economía de los ganaderos del país norteamericano

Las autoridades estadounidenses han vuelto a imponer restricciones a la entrada de ganado mexicano en su territorio este mes, una medida que ya se aplicó el pasado mayo. El motivo es la inquietud generada por la propagación del gusano barrenador, un parásito que está generando preocupación entre los ganaderos mexicanos, a cientos de kilómetros de la frontera.
El brote se ha manifestado con particular virulencia en Chiapas, estado sureño limítrofe con Guatemala, donde la rápida expansión del parásito ha sorprendido a la mayoría de las explotaciones. Pese a brotes anteriores en los ochenta y noventa, la situación actual ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sector en la región.
México, con el respaldo de Estados Unidos, construye en Chiapas una planta para producir moscas estériles, método eficaz en la contención de plagas. Sin embargo, las instalaciones no estarán operativas hasta el próximo año, obligando a los ganaderos a afrontar la situación con los medios disponibles. Mientras, el precio de los medicamentos para el ganado infectado se ha disparado.
La lucha diaria de los ganaderos frente a la plaga
Esta subida de precios ha provocado que algunos ganaderos recurran a remedios caseros, como la aplicación de gasolina o cal en las heridas de los animales para desalojar los gusanos, según apuntan desde NBC News. La complejidad del tratamiento, que requiere seguimiento meticuloso y múltiples aplicaciones, agrava la situación, pues cualquier herida es una vía de entrada para la mosca.
El veterinario Alfredo Chávez, quien se fue de Chiapas en 1989 y no vivió los brotes anteriores, ha observado un crecimiento de los casos en su zona del estado el último mes. Ha tenido conocimiento de docenas de infecciones y ha tratado a una docena de animales. La plaga no afecta solo a vacas; ovejas, cerdos, gatos y perros también son susceptibles.
Chávez trabaja con pinzas azules y un aerosol para extraer larvas, recogiendo muestras en tubos de plástico para las autoridades agrícolas. Sin embargo, más allá de la provisión de estos tubos y la notificación de casos, el veterinario ha declarado que el apoyo gubernamental es escaso. "Nos hemos enfrentado a ello solos", manifestó.
La preocupación de las autoridades estadounidenses radica en la posibilidad de que la mosca llegue a Texas, lo que podría generar cuantiosas pérdidas económicas, como ya ocurrió décadas atrás. Tras una reapertura gradual de la frontera para el ganado mexicano este mes, la medida se suspendió al detectarse un animal infectado en Veracruz. Aunque el parásito es común en Centroamérica, el riesgo es su desplazamiento al norte.
Edi Valencia Santos, cuidador de ganado, recuerda cómo pequeños aviones distribuían moscas estériles en brotes anteriores, lo que da esperanzas de solución. Sin embargo, lamenta que, por ahora, los costes se acumulen, afectando las finanzas de las explotaciones, incluso las destinadas a consumo interno y no a exportación.
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