Esfuerzo y tenacidad

Ni albañil ni arquitecto: el maño que convirtió una cuadra en una confortable casa cuenta cómo lo hizo

"Sus anteriores propietarios la tenían como cuadra. ¡Tenían hasta conejos, alfalfa, paja...!, explica

Ni albañil ni arquitecto: el maño que convirtió una cuadra en una confortable casa cuenta cómo lo hizo
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La casa era suya desde que nació a razón de una herencia familiar, pero estaba "destrozada". Ahora es su confortable segunda residencia en la montaña. Vicente E. (69) reside desde adolescente en Zaragoza pero en cuento puede se escapa a su encantador pueblo inmerso en la abrumadora naturaleza del Maestrazgo, Teruel. Hoy nos comparte la singular historia de la vivienda, que es un claro ejemplo de que con esfuerzo y ganas de superarse, no hay límites en la vida. Ninguno.

El jubilado aragonés explica que con 22 o 23 años quiso comenzar a usar su casa de Ladruñán, pero estaba "fatal, tuvimos que reformar prácticamente todo" "Sus anteriores propietarios la tenían como cuadra. ¡Tenían hasta conejos, alfalfa, paja...!, exclama. No quedaba otra: si quería pernoctar allí en vacaciones junto a su novia tenía que ponerse a trabajar casi sin descanso. Aún así tardó de cuatro a cinco años, "hasta que nacieron mis hijos", apunta.

"Lo más difícil fue lucir los techos"

¿Cómo se las ingenió para hacer toda la reforma integral de una casa de tres pisos y muchas estancias sin ser ni albañil ni arquitecto? El secreto está en que Vicente E. se caracteriza por ser un gran observador de la vida, y por absorber con facilidad todos los conocimientos que después le servirían para restaurar su casa. "Yo era fontanero y, más o menos, la fui arreglando como pude. Cuando iba a las obras de nueva construcción veía como mis compañeros albañiles trabajaban", desvela.

"Lo primero fue subir una fachada que se iba a caer y luego ya ir arreglando por dentro y acondicionando, incluso tuve que instalar la acometida del agua y luz por primera vez allí". Respecto al interior del hogar, está especialmente orgulloso "del suelo de gres hecho por mi mismo en todas las estancias y escaleras", y reconoce que lo más difícil fue lucir los techos.

El regalo de sus hijos en su 60 cumpleaños

Escudo de Ladruñán, Teruel
Escudo de Ladruñán, TeruelEnrique Espada

Vicente es fuerte, perseverante y decidido, pero probablemente en algún momento pensaría que la larga obra no acabaría nunca. Han pasado ya décadas desde que la finalizara. Desde entonces, toda su familia disfruta de una de las casas construidas con más mimo y cariño del municipio turolense, y sus hijos son muy conscientes del gran esfuerzo de su progenitor. Por ello mismo, en su 60 cumpleaños le regalaron el escudo de su pueblo integrado en una de las paredes del patio. Lo pintaron, también, con sus propias manos. Inmejorable homenaje a un padre luchador y muy trabajador.

El trabajo final de Luas, empresa de reformas

Quien estuvo detrás del relieve con escayola de la 'intervención artística' de sus descendientes fue su yerno. Albañil de profesión, Cristian Brocate no sería la única vez que aportaría con su experiencia y conocimientos a la mejora del domicilio. Años más tarde, tras crear su marca personal Luas y tener un gran éxito en construcciones y reformas en las provincias de Zaragoza y Teruel, sorprendió a todos los miembros de la familia con la rápida remodelación del cuarto de baño de la vivienda y la construcción de otro adicional con todas las comodidades.

Vicente es hombre de pocas palabras, y por ello mismo le ha ido muy bien, claro. Porque, como reza el dicho, el secreto está en "menos hablar y más actuar". Después de todo el esfuerzo relatado, solo dice que "uno se siente realizado y contento" tras reformar con sus propias manos su casa.