Semana Santa

La alternativa a la Semana Santa de Sevilla: igual de especial pero sin aglomeraciones

En las periferias también hay Semana Santa

Semana Santa en Huesca
Semana Santa en HuescaJuanjo Ceamamos

Cuando pensamos en la Semana Santa en España, nuestra imaginación suele dirigirse de forma casi automática a las grandes celebraciones que aguardan las ciudades del sur: Sevilla, Málaga o la enigmática Granada. También oímos hablar de la solemnidad castellana de Valladolid, Zamora o Cuenca.

Encontramos una Semana Santa singular y única con los tambores del Bajo Aragón o los "Picaos" de San Vicente de la Sonsierra en La Rioja. Todo eso ocupa el foco mediático y el imaginario colectivo. Pero hay otras formas de vivir la fe, más discretas pero igualmente profundas. Una de ellas es la de Huesca.

Otra forma de vivir la fe

La Semana Santa oscense, como tantas otras cosas en esta tierra, transcurre en la periferia. Y no en sentido geográfico, sino cultural. Huesca ha sabido vivir desde los márgenes, como bien simbolizó durante años el festival "Periferias", un encuentro que celebraba precisamente todo aquello que se sitúa fuera de lo normativo.

En ese mismo espíritu, su Semana Santa también continua con ese legado, alejada del ruido y el espectáculo, pero con una personalidad propia, forjada en siglos de tradición.

La organización de los actos religiosos recae en la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz, documentada ya en el año 1500. Su labor ha mantenido viva una festividad que, aunque silenciosa para el gran público, es intensa para quienes la viven desde dentro.

Cofradías de Huesca y su historia

Huesca cuenta con veintidós pasos procesionales, varios de ellos datados entre los siglos XVII y XIX, como el Cristo del Perdón, obra barroca del 1695 que despierta gran devoción en la capital altoaragonesa. También es un disfrute ver el Cristo Atado a la Columna o el Cristo Resucitado del siglo XVIII. No son obras de grandes maestros conocidos, pero sí de gran valor artístico y, sobre todo, sentimental.

Cristo del Perdón en Huesca
Cristo del Perdón en HuescaLa Razón

No te lo puedes perder

Lo que hace especial esta Semana Santa no es la magnitud, sino los matices. La representación del drama sacro de "La Pasión"en el teatro salesiano, que lleva 78 años emocionando al público. La música compuesta en 1865 que acompaña el cortejo del Santo Entierro cada Viernes Santo, el golpear de las lanzas romanas en el suelo, que aún arranca chispas. La presencia de las cornetas y tambores, y la jota aragonesa, que sustituye con dignidad y emoción a la saeta andaluza.

Es una Semana Santa modesta, sí. Pero no por falta de historia ni de fervor. La sobriedad es reflejo del carácter de la tierra: austero, sincero, sin alardes.

Y también, inevitablemente, de los medios disponibles en una ciudad pequeña, con menor número de cofrades y recursos limitados. Sin embargo, esa misma humildad es la que preserva su autenticidad.

Huesca no compite con las grandes ciudades, no lo necesita, su propuesta es distinta. Y lo hace en un entorno privilegiado, con los Pirineos al norte, la Sierra de Guara al este, el castillo de Loarre vigilando el horizonte y el Reino de los Mallos desplegando su majestuosidad a pocos kilómetros.

Por eso, la Semana Santa de Huesca merece ser conocida. No como una alternativa menor, sino como una expresión distinta y profundamente válida. Es una celebración que ha sabido resistir el paso del tiempo, conservar su esencia y adaptarse sin perder su espíritu.

En las periferias también hay Semana Santa.Y en la de Huesca, encontrarás reductos de fe sencilla y popular que han sobrevivido al devenir de los tiempos.