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Crímenes resueltos

El asesino en serie de la base americana: lo identificaron pero no rindió cuentas ante la Justicia

Solo una de sus jóvenes víctimas, en 1992, escapó con vida de su mata león con fines fetichistas

Un militar americano de la Base, ya muerto, mató a las dos chicas del 92 Creative Commons Google

Los padres de Mercedes Lázaro San Miguel y de Eva María Aznar Morenilla, las dos adolescentes de Zaragoza brutalmente asesinadas en 1992, saben desde no hace muchos quién fue el ‘monstruo’ que les arrebató sus vidas. Después de 26 años sin resolverse estos dos asesinatos que perturbaron entonces la tranquilidad de la capital aragonesa, los investigadores del casi eterno caso sin esclarecer llegaron a la certeza en 2018 de que el autor fue la misma persona: Malcom Harvey, un militar que en a principios de los 90 terminó en la Base Americana de Zaragoza y que regresó a su país en Estados Unidos tras los hechos.

Crímenes resueltos casi 30 años después

Hijo de un relevante teniente coronel también destinado en la capital aragonesa, tuvo suerte de cometer el doble crimen en una década donde todavía algunos padres podían tapar las fechorías de sus hijos, Y es que desde el inicio de la investigación entonces, su nombre siempre salía a relucir.

Oficialmente hubo falta de pruebas, aunque las evidencias realmente obligan a la lanzar la hipótesis de que la policía aragonesa, en ese momento, quiso ‘mirar a otro lado’. Entonces a los militares americanos en la ciudad zaragozana se les respetaba demasiado e incluso seguían las beneficiosas leyes militares de Estados Unidos, que les protegía de casi todo en Aragón. Incluso de delitos.

Sus víctimas tenían que ser rubias, de altura media y jóvenes

Ya en el mismo momento de los asesinatos, la policía rápidamente destacó un detalle: los zapatos de Eva María no estaban y los de Mercedes estaban colocados de forma especial. Un descubrimiento que, según fuentes consultadas entonces por ‘El Periódico de Aragón’, fue clave en el caso: el móvil fetichista es lo que movía a su autor. Y es que los jóvenes cadáveres fueron encontrados sin ningún signo de agresión sexual ni por robo.

De hecho, según relata la investigación, Malcom Harvey, presuntamente, elegía a sus víctimas siguiendo un patrón muy determinado: rubias, de altura media y jóvenes. Los expertos del caso, tras comparar las ‘praxis’ en el asesinato de las dos zaragozanas, concluyeron que la forma utilizada para atacar a Mercedes y Eva María era también la misma: un mata león técnicamente perfecto. Solo podía haber un profesional de la defensa personal detrás.

Murió de cáncer poco antes de dar con él el FBI

Pero, además de ello, el testimonio del conserje de la urbanización donde vivía Eva María Aznárez, en la calle Gómez Laguna, fue definitivo: vio el cadáver en el suelo envuelto en una manta, un zapato de tacón tirado en el suelo y lo más relevante para la investigación: un joven fuerte y de raza negra salir corriendo de la escena del crimen.

Aún cercando muy bien a Malcom, la investigación quedó en un punto muerto. Concretamente, más de 20 años. Cuando en 2018 se decidió retomar el caso e identificar al cruel asesino, su padre hacía muchos años que le había mandado de vuelta a Estados Unidos. Pero aún peor es lo que también se descubrió en ese mismo momento: jamás se le podría sentar en el banquillo. Unos meses antes había muerto por un cáncer.