Ni Cádiz ni Salamanca: esta es la provincia con más pueblos bonitos de España

España es un país con una riqueza cultural inmensa, resultado de su historia milenaria y la convivencia de diversas civilizaciones, como la romana, la musulmana, la cristiana y muchas más. Cada región tiene su propia identidad, tradiciones, gastronomía y patrimonio artístico, lo que hace que cada rincón del país tenga algo único que ofrecer. Desde las majestuosas catedrales y palacios hasta las festividades tradicionales, la música, la danza y la gastronomía, España es un mosaico de culturas que fascina a quienes la visitan.

Son muchas las provincias que albergan pueblos realmente bonitos y llenos de encanto. Huelva, Cádiz, Salamanca, Segovia... Son muchos los ejemplos de lugares que cualquier persona debería visitar una vez en la vida, pero hay una provincia que aglutina el mayor número de pueblo bonitos de España: Teruel.

La asociación Los Pueblos Más Bonitos de España, creada en 2011, ha trabajado durante todos estos años en promover y proteger el rico patrimonio natural y cultural de nuestro país. Su misión principal es apoyar a aquellas localidades con menor población y menor grado de industrialización, que enfrentan el reto del éxodo rural y la pérdida de su identidad histórica. La iniciativa busca, además, fomentar el turismo sostenible como motor de desarrollo económico en estas zonas.

La plataforma digital de la organización ofrece un listado gratuito de 105 pueblos distribuidos en 15 comunidades autónomas, agrupados por provincias. Aunque todos ellos poseen un valor patrimonial incalculable, la provincia de Teruel destaca por ser la que más localidades incluye en la lista, con un total de siete pueblos. Este hecho no solo certifica la belleza y singularidad de su patrimonio, sino que también posiciona a Teruel como un referente en la conservación y promoción del turismo rural en España.

El proceso de selección: un filtro riguroso

Incluirse en esta lista no es tarea sencilla. La selección comienza con una solicitud formal por parte del propio pueblo, que debe demostrar su valor histórico, arquitectónico y cultural. Posteriormente, la organización realiza un análisis exhaustivo, que incluye visitas de inspección y evaluación de criterios de conservación, autenticidad y atractivo turístico. Solo el 20% de las solicitudes logran superar esta auditoría, lo que garantiza la calidad y la credibilidad del listado.

Entre los siete pueblos turolenses que figuran en la lista, Albarracín destaca como uno de los destinos más emblemáticos. Reconocido como Conjunto Histórico-Artístico desde 1961, su casco antiguo conserva un encanto medieval que atrae a miles de visitantes cada año. Su catedral, el castillo y el palacio episcopal son ejemplos de una arquitectura que ha resistido el paso del tiempo, sirviendo además como motor para el turismo y la economía local. Situado en una colina, sus calles estrechas y empedradas, sus casas de colores y su impresionante muralla medieval lo convierten en un lugar lleno de encanto. Además, cuenta con una historia rica y una arquitectura que refleja su pasado como fortaleza y ciudad medieval.

Valderrobres se encuentra en la comarca del Matarraña y destaca por su hermoso casco antiguo, con calles estrechas y plazas encantadoras. Su castillo, que domina el río Matarraña, y la iglesia de Santa María la Mayor son puntos destacados. Es un lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad y la belleza natural de la zona.

Calaceite, igualmente en Matarraña, ofrece un recorrido por su plaza mayor, el ayuntamiento del siglo XVII y casas solariegas decoradas en piedra y forja, reflejo de su historia y tradición. La iglesia de Santa María la Mayor y su ambiente tranquilo lo convierten en un lugar perfecto para pasear y disfrutar de la cultura local.

Rubielos de Mora y Puertomingalvo, cercanos a la capital provincial, también forman parte de esta selecta lista. El primero, situado en la comarca Gúdar-Javalambre, es conocido por su bien conservado casco antiguo, con casas de entramado de madera y calles empedradas. La iglesia de Santa María y su entorno natural lo hacen ideal para quienes buscan historia y naturaleza en un solo lugar. El segundo cautiva a los turistas con sus calles pintorescas y su castillo fortificado, ejemplo de la historia medieval de la región.

Por su parte, Cantavieja, en la comarca del Maestrazgo, transporta a los visitantes a la Edad Media con sus iglesias, castillos y la emblemática plaza del Cristo Rey. Su conservación y autenticidad hacen de este pueblo un ejemplo de cómo el patrimonio puede convertirse en un activo económico y cultural.

Finalmente, Mirambel, considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura urbana medieval en España, cuenta con unos 30 edificios históricos, espacios recreativos y elementos defensivos que reflejan.