Cultura

Descubre el engaño histórico que cambia por completo lo que se sabía de Zaragoza

Conoce la sorprendente verdad detrás de los llamados "baños judíos" y cómo la historiadora Asunción Blasco ha desvelado un error histórico que ha perdurado durante décadas

Baños judios de Zaragoza
Descubre el engaño histórico de ZaragozaDominio Público La Razón

La ciudad de Zaragoza ha sido escenario de un interesante descubrimiento histórico que ha capturado la atención de arqueólogos, historiadores, y la comunidad local. Durante mucho tiempo, se creyó que los llamados "baños judíos" de Zaragoza, ubicados en el sótano del edificio en Coso 126-132, eran un vestigio de la comunidad judía medieval. Sin embargo, un nuevo estudio revela que esta creencia es incorrecta. En realidad, estos baños, oficialmente denominados "Baños del Rey," no tienen relación con la comunidad judía. Este descubrimiento, liderado por la historiadora Asunción Blasco, fue presentado en su libro "Los judíos de Zaragoza y los baños", y desafía las nociones históricas que han perdurado por décadas.

La revelación histórica en Zaragoza

El mito de los baños judíos comenzó a desmoronarse cuando Asunción Blasco, a través de una investigación exhaustiva, descubrió documentos en el archivo de protocolos notariales que indicaban la verdadera ubicación de los auténticos baños judíos. Según Blasco, estos baños originales se encontraban en la zona comprendida entre el actual Seminario de San Carlos y la muralla del Coso, un área que todavía conserva algunos vestigios arquitectónicos.

"Los documentos que encontré revelan que los auténticos baños judíos estaban situados en un lugar completamente diferente al que se creía," explica Blasco. "Este hallazgo redefine nuestra comprensión de la historia judía en Zaragoza."

La historia de los Baños del Rey

Los baños actualmente conocidos como "Baños del Rey" tienen una historia fascinante y diversa. Estos baños, que datan del siglo XIII, fueron utilizados por las tres principales religiones de la época: cristianos, musulmanes y judíos. En la reconquista de Zaragoza, se convirtieron en baños públicos donde hombres y mujeres de diferentes credos podían acudir en días distintos.

Un personaje histórico notable, Tolosana de la Caballería, una mujer judía, adquirió estos baños a principios del siglo XV, gestionándolos antes de pasar la administración a su hijo Gonzalo y posteriormente a su nuera. Este linaje continuó a través de los siglos, aunque la historia de estos baños durante los siglos XVI, XVII y XVIII sigue siendo un misterio.

El trabajo de Francisco de Goya

En el siglo XVIII, el famoso pintor Francisco de Goya residió en el inmueble donde se ubicaban los baños. Este detalle añade una capa adicional de interés histórico al lugar, vinculado no solo con la multiculturalidad de la época medieval sino también con la rica herencia cultural de España.

Declaración de Monumento Nacional

En 1931, los baños fueron declarados Monumento Nacional (actualmente conocido como Bien de Interés Cultural), lo que subraya su importancia histórica y cultural. Sin embargo, a finales de los años 60, durante la construcción de un nuevo edificio, los restos de los baños fueron desmontados y reubicados dos metros por debajo de su nivel original, lo que resultó en la pérdida de una estancia aneja.

Los Micvé: baños purificadores judíos

En su libro, Asunción Blasco también aborda los micvé, los baños purificadores que sí formaban parte de la cultura judía. Estos baños eran esenciales para los rituales de purificación, especialmente para las mujeres después del parto o la menstruación. La diferencia entre los baños higiénicos comunes y los micvé radica en su uso y significado ritual.

La investigación de Asunción Blasco

Blasco ha dedicado años a investigar los archivos de protocolos notariales y el Archivo de la Corona, desvelando cómo la historiografía de los siglos XIX y XX clasificó erróneamente los baños. Fue un artículo del historiador Leopoldo Torres Balbás, publicado en 1956, el que fomentó la confusión al asociarlos con la comunidad judía. Sin embargo, Blasco ha logrado esclarecer esta tergiversación histórica, aportando nueva luz sobre la verdadera historia de los baños de Zaragoza.

"Es un momento emocionante para la arqueología y la historia de Zaragoza," concluye Blasco. "Espero que este descubrimiento inspire a futuras generaciones a seguir explorando nuestra rica herencia cultural."