Turismo de naturaleza
Con solo 43 habitantes, este encantador pueblo aragonés parece salido de un cuento de Disney
Esta localidad fue reconstruido a partir de la ilusión de sus habitantes por transformar y recuperar lo que habían perdido
Ubicado en el Valle de Tena, en la provincia de Huesca, Lanuza es un pequeño rincón de Aragón que parece haber sido sacado de una película de Disney. Curiosamente cuenta solo con 43 habitantes, pero su arquitectura tradicional recuerda a los paisajes de Rapunzel. Situado a orillas del embalse que lleva su nombre, Lanuza es un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad, belleza y un contacto directo con la naturaleza.
Cómo llegar a Lanuza
Llegar a Lanuza es sencillo, ya sea en coche o en transporte público. Desde Zaragoza, el trayecto toma unas dos horas y media. Solo hay que tomar la A-23 hacia Huesca, seguir por la N-330 hasta Sabiñánigo y luego continuar por la A-136 hasta el desvío hacia Lanuza.
Si se opta por el transporte público, es posible tomar un autobús desde Zaragoza o Huesca hasta Sallent de Gállego, el pueblo vecino más cercano, situado a solo 5 kilómetros. Desde allí, se puede llegar a Lanuza caminando o en taxi, disfrutando de las vistas que ofrece el Valle de Tena.
Un pueblo que resurgió de las aguas
Lanuza no siempre tuvo la magia que lo caracteriza hoy. En los años 70, el pueblo estuvo a punto de desaparecer debido a la construcción de un embalse. Las aguas del pantano obligaron a sus habitantes a abandonar el lugar, dejando sus casas y calles completamente vacías. Sin embargo, décadas después, gracias al esfuerzo y determinación de sus antiguos vecinos, el pueblo fue restaurado y recuperó su belleza original.
Hoy en día, caminar por sus calles de piedra y contemplar sus casas con tejados oscuros es como viajar en el tiempo. Este esfuerzo por preservar su identidad ha convertido a Lanuza en un destino único.
Qué ver y hacer en Lanuza
Una visita a Lanuza no estaría completa sin disfrutar de su arquitectura típica del Pirineo y pasear por sus estrechas calles adornadas con balcones llenos de flores y vistas privilegiadas al embalse. La iglesia de San Salvador es otro punto destacado que invita a la reflexión y a la fotografía.
El embalse de Lanuza es el centro de atención del pueblo. Sus aguas de un azul vibrante contrastan con las montañas de los alrededores. En verano, se puede disfrutar de actividades acuáticas como el kayak y el paddle surf, convirtiendo el lugar en un paraíso para los amantes del deporte y la naturaleza.
Además, durante el mes de julio, el embalse cobra vida con el Festival Pirineos Sur, un evento musical único que tiene lugar en un escenario flotante sobre el agua. Este festival atrae a artistas y visitantes de todo el mundo, sumando un toque cultural a la experiencia de visitar Lanuza.
✕
Accede a tu cuenta para comentar