Teruel si existe: los cinco destinos imperdibles para una escapada inolvidable

La expresión "Teruel no existe" surge en España como una referencia a la falta de reconocimiento. Durante décadas, Teruel ha sido una de las provincias más despobladas y menos desarrolladasdel país, lo que contribuyó a que muchos ciudadanos sintieran que era una región olvidada. Sin embargo, con el paso de los años, Teruel ha conseguido un poco más de protagonismo en especial por sus increíbles destinos turísticos como la Toscana española, el castillo rojo de Peracense, sus bosques y rutas de senderismo, entre otras cosas.

Mas allá de destinos como Albacerrín o Valderrobres, que han recibido reconocimiento por su callejones empedrados, casas de colores rojizos y murallas, también existen paisajes de gran belleza natural en los que el senderismo resalta entre un sinfín de actividades al aire libre. Además cuando llega el invierno, las estaciones de esquí de Javalambre y Valdelinares son una excelente opción para los aficionados a los deportes de nieve. Todo esto sin mencionar la gran importancia arqueológica, cultural e histórica de los distintos pueblos y atractivos turolenses.

1. Los estrechos del parque cultural del río Martin

Los Estrechos del Parque Cultural del Río Martín es una de los pasajes naturales más impresionantes de Aragón. Ubicado en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, este espacio protegido sigue el curso del río Martín y ofrece cañones, barrancos y formaciones geológicas únicas. Los estrechos son producto de millones de años de erosión que el agua ha causado sobre las rocas calizas, creando paredes verticales que en algunos puntos alcanzan más de 100 metros de altura.

Este tipo de formación geológica es típica de los cañones kársticos y permite ver claramente el trabajo del río a lo largo del tiempo. Además, el ecosistema del Parque Cultural del Río Martín es muy variado. Los estrechos son hogar de una gran biodiversidad, desde aves rapaces como el águila real y el buitre leonado, hasta mamíferos como la cabra montesa.

El parque no solo destaca por su riqueza natural, sino también por su valor arqueológico. En los alrededores de los estrechos se encuentran diversas muestras de arte rupestre levantino, que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estas pinturas, que datan de entre el 6000 y el 3000 a.C., ofrecen un vistazo a las creencias y costumbres de los primeros habitantes de la región.

2. El yacimiento del Cabezo de Alcalá

El Yacimiento del Cabezo de Alcalá, ubicado en la localidad de Azaila, es uno de los asentamientos ibéricos más importantes de Aragón y de la Península Ibérica. Este lugar, que fue habitado desde la Edad de Bronce hasta la época romana.

El Cabezo de Alcalá fue fundado en el siglo VII a.C. por los íberos, un pueblo que tuvo una gran influencia en la región. Durante este período, la ciudad alcanzó un gran desarrollo, especialmente por su posición estratégica, que facilitaba el comercio y las relaciones con otras culturas del Mediterráneo. Sin embargo, su historia no se detiene ahí, ya que con la llegada de los romanos en el siglo II a.C., el yacimiento fue ampliado y fortificado, convirtiéndose en un punto clave en las rutas comerciales de Hispania.

La riqueza de sus hallazgos ha permitido reconstruir gran parte de su historia y comprender mejor las interacciones entre los íberos y los romanos. Uno de los principales atractivos del yacimiento son los restos de las murallas que protegían el asentamiento, así como las viviendas y estructuras públicas que se han conservado. Entre ellas destaca un foro de época romana, termas y una necrópolis.

3. La cascada del molino de San Pedro y los Ojos del Cabriel

A falta de uno, la Cascada del Molino de San Pedro y los Ojos del Cabriel son dos joyas naturales. La cascada, ubicada en el término municipal de El Vallecillo, en la Sierra de Albarracín, cuenta con unos 12 metros de altura, formada por el río Cabriel en su curso superior. Junto a ella se encuentran las ruinas de un antiguo molino harinero.

Durante los meses de verano, muchos visitantes se acercan a disfrutar de un refrescante baño en las pozas que se forman a los pies de la cascada, donde el agua clara y fría invita a sumergirse en plena naturaleza. El entorno es perfecto para un día de relax, picnic, y para disfrutar de las vistas.

Por otro lado, Los Ojos del Cabriel son una serie de manantiales que se encuentran en la parte alta del río Cabriel, uno de los afluentes del Júcar, y que forman parte de la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel. Este río es conocido por ser uno de los más limpios de Europa.

4. La sima de San Pedro

La Sima de San Pedro es una impresionante formación geológica situada en la comarca del Maestrazgo, en el municipio de Oliete. Es considerada una de las simas más profundas y espectaculares de Europa, con un diámetro de unos 100 metros y una profundidad aproximada de 108 metros. Se formó debido a la erosión kárstica, un proceso mediante el cual el agua disuelve las rocas calizas, creando cavidades subterráneas.

En el fondo de la sima se encuentra un lago permanente, cuya profundidad varía según la época del año, pero que puede llegar a superar los 20 metros. En épocas antiguas, la sima se utilizaba como lugar de culto y sacrificios. Sin embargo, hoy en día es la casa de cientos de aves rapaces y murciélagos, lo que la convierte en un lugar ideal para la observación de fauna.

5. Los pinares de roden

Los Pinares de Rodeno son una extensión de bosque y paisaje único en la Sierra de Albarracín. Este espacio natural protegido es conocido por sus formaciones rocosas de arenisca rojiza, que contrastan de manera con los verdes pinares que cubren gran parte del terreno. Este paraje no solo es famoso por su valor natural, sino también por su patrimonio cultural. En la zona se han encontrado restos arqueológicos, como las pinturas rupestres que forman parte del Arte Rupestre Levantino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.