Un tesoro medieval recuperado: la fascinante historia de la ermita de San Nicolás en Molinos

La Comarca del Maestrazgo, en colaboración con el Ayuntamiento de Molinos en Teruel, ha completado la restauración de la portada de la ermita deSan Nicolás. Este edificio religioso, actualmente en desuso, se estima que fue construido antes del siglo XVIII. La primera referencia escrita sobre la ermita data de una visita pastoral en 1601. Su fachada, que exhibe elementos medievales, contrasta con la construcción barroca principal que, en los años 80, albergó la escuela taller de Molinos, una de las primeras de Aragón.

El Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín ha llevado a cabo la restauración. Los trabajos incluyeron la limpieza mecánica de los sillares con herramientas manuales, la consolidación de los muros mediante inyección de mortero de cal, y el llagueado de juntas con mortero de cal y sílice. Además, se realizaron intervenciones en la figura de San Nicolás, incluyendo su reconstrucción volumétrica, limpieza y reintegración cromática con pigmentos compatibles y reversibles. La restauración también abarcó la protección final del Santo, la consolidación y reconstrucción estructural del sobredintel y las jambas en yeso, así como la limpieza y protección de las carpinterías.

La ermita de San Nicolás en Molinos: un testimonio medieval restaurado

En la visita pastoral del 29 de noviembre de 1601, se documentó la existencia de la ermita de San Nicolás en Molinos, Teruel. Aunque no se mencionó su construcción, se presume que es mucho más antigua debido a varios elementos medievales presentes en su fachada que no coinciden con una ermita barroca de nueva planta.

Uno de estos elementos es una ventana en la parte superior de la fachada, cuyo dintel está tallado con un arco conopial, típico de la época medieval. Además, en la fachada hay otros indicios de una construcción anterior, como los sillares cortados para soportar un tejado a doble vertiente y los restos de una ventana aspillerada, lo que sugiere que la iglesia podría haberse construido antes del siglo XVIII.

En uno de los sillares adornados con el arco conopial se encuentra la fecha 1745, que probablemente se talló posteriormente, coincidiendo con las formas del interior del templo y la composición de su fachada. La ermita tiene una planta cuadrada y centralizada, con un coro alto a los pies. Su gran altura y el crucero cubierto con una bóveda de casquete esférico, iluminado por pequeñas ventanas, le otorgan una apariencia amplia y diáfana.

Aunque es una ermita pequeña, cuenta con pilares esbeltos y un entablamento muy destacado que, junto con la bóveda, proporciona un aspecto espacioso. La decoración escultórica es mínima, limitándose a las ventanas con molduras de yeso. No se ha confirmado si hubo algún tipo de decoración pictórica, ya que no se han realizado estudios exhaustivos.

Actualmente, las paredes son blancas, y el entablamento y las pilastras están resaltados en rojo. Las capillas son poco profundas y no hay sacristía ni otros espacios para guardar objetos litúrgicos. La fachada, de estilo sobrio y clásico, tiene una puerta adintelada sobre pilastras poco prominentes y una hornacina en la parte superior.

El tejado y la espadaña han sido reformados recientemente. El cimborrio poligonal de ladrillo termina en una cruz y una veleta de forja, mientras que el alero, también de ladrillo, tiene forma de pecho de paloma.

Los avatares históricos de la ermita durante la desamortización de Mendizábal, las guerras carlistas y la Guerra Civil son desconocidos. En la década de 1980, se utilizó como sede de la escuela taller de Molinos, una de las primeras en Aragón. Actualmente, la ermita no tiene uso ni culto.

Información para visitantes

Los trabajos de restauración serán presentados el próximo jueves 30 de mayo a las 18:00 horas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Molinos.

La ermita está abierta al público de forma gratuita.