Estalla controversia entre China y Canadá por camisetas

(AP). China presentó una denuncia contra Canadá por unas camisetas compradas por personal de la embajada canadiense en Beijing que supuestamente se mofan de la respuesta china a la pandemia del coronavirus.

Canadá “debe investigar cabalmente este incidente y dar a China una clara explicación”, declaró a reporteros el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin.

El incidente comenzó cuando un fabricante de camisetas en China colocó un mensaje en internet informando que la embajada canadiense había ordenado camisetas con imágenes de murciélagos, en aparente alusión a la teoría de que el virus se originó en murciélagos en la ciudad china de Wuhan y de allí se contagió a humanos. La prensa canadiense reportó que era la imagen de la letra W en homenaje al grupo de hip-hop Wu Tang clan, y que el gobierno de Ottawa ya se había disculpado por cualquier malentendido.

Beijing es sumamente sensible a acusaciones de que el país fue el origen de la pandemia o de que no respondió debidamente cuando surgió la enfermedad en Wuhan.

Las camisetas fueron pedidas el verano pasado y no quedaba claro si alguna de ellas sigue en circulación.

La controversia refleja además las malas relaciones que existen entre los dos países en los dos últimos años a raíz de la exigencia China de que Canadá deje en libertad a una ejecutiva de la empresa de telecomunicaciones china Huawei, quien es buscada en Estados Unidos bajo cargos de fraude.

Meng Wanzhou, quien es además hija del fundador de la compañía, niega las acusaciones. China insiste en que las acusaciones contra ella no son más que una maniobra política estadounidense para inhibir la expansión económica china. Los abogados de la ejecutiva sostienen que el proceso en su contra es ilegal y que debe ser liberada.

Canadá arrestó a Meng en el aeropuerto de Vancouver a fines de 2018. En una aparente represalia, China detuvo al exdiplomático canadiense Michael Kovrig y al empresario canadiense Michael Spavor, limitó las exportaciones canadienses a China y sentenció a muerte a un canadiense que estaba acusado de tráfico de drogas.