Sucesos
Alerta por carabelas portuguesas en la costa asturiana: cerrada al baño la playa de Rodiles
En lo que llevamos de verano ya han sido varias las playas de la región que se han cerrado al baño debido a la presencia de estos visitantes
Regresan a la costa asturiana unas recientes enemigas de los bañistas. Lo cierto es que este verano varias playas de Asturias han sido invadidas por carabelas portuguesas, lo que ha obligado a izar la bandera roja y prohibir el baño.
Ahora la historia se ha vuelto a repetir en la playa de Rodiles, en Villaviciosa, la cual ya luce la bandera roja desde ayer por la tarde, después de que estos organismos marinos aterrizaran en el arenal maliayo y pusieran en peligro a los bañistas con su venenosa picadura. Cabe destacar que es la primera vez este año que las carabelas portuguesas aparecen en la costa de Villaviciosa.
Esta es una de las playas más concurridas y populares para los veraneantes, siendo además un lugar ideal para practicar surf. En este contexto, los niños de una escuela deportiva local se han visto afectados por la presencia de estos invertebrados, y así tuvieron que suspender sus actividades siguiendo las indicaciones del servicio de socorrismo.
Asimismo, teniendo en cuenta que se espera buen tiempo y aguas tranquilas para este fin de semana, el servicio de salvamento señala que la decisión de mantener la prohibición dependerá en gran medida de cómo evolucione la situación en cada momento. En caso de que el mar permanezca en calma, el cierre podría extenderse; en cambio, si las condiciones varían y se agitan las aguas, las medusas se irán, permitiendo la retirada de la bandera roja.
Carabelas portuguesas: un verano de estragos en la zona oriental
Hace aproximadamente una semana, estos organismos ya forzaron el cierre de varias playas, por lo que en la torre de Rodiles ya estaban "en alerta". Las carabelas portuguesas suelen habitar en aguas templadas y este verano llegaron a las playas orientales de la región como La Isla, La Griega y Lastres, entre otras. Por suerte, no se ha registrado ninguna picadura.
El primer avistamiento se produjo en La Isla y se extendió hacia el oeste, alcanzando Villaviciosa. Debido a su presencia, los socorristas tuvieron que cerrar las playas al baño, prohibiendo la entrada al mar y colocando la bandera roja. En los días siguientes, se encontraron carabelas portuguesas en la playa de Vega, en Ribadesella, y el 22 de julio se avistaron en Borizu, en la localidad de Celoriu (Llanes).
¿Qué son las carabelas portuguesas?
Aunque tienen un aspecto similar al de las medusas, las carabelas portuguesas no son organismos individuales sino una colonia flotante de organismos, los cuales cooperan para sobrevivir. También llamada botella azul o falsa medusa, este ejemplar marino ha ganado mucha atención mediática en los últimos años debido a las lesiones que puede causar con un contacto accidental.
Este organismo invertebrado es un cnidario (filo Cnidaria), un grupo taxonómico que incluye anémonas de mar, corales y medusas. La carabela portuguesa pertenece a la clase Hydrozoa y presenta un desarrollo extremadamente complejo. Su ciclo de vida comienza como un único pólipo fruto de la reproducción sexual (protozooide). Este se extiende para incluir otros pólipos (zooides) que formarán una colonia. Al igual que en las colonias de insectos, como las hormigas, cada zooide está especializado para llevar a cabo una función específica, como la caza, el movimiento, la alimentación y la reproducción. Estas funciones determinan su comportamiento.
Las carabelas portuguesas tienen una estructura en forma de globo llena de gas que puede alcanzar hasta 30 centímetros de diámetro. Además, poseen tentáculos que pueden medir hasta 50 metros de longitud y se distinguen fácilmente por su color azul o púrpura. Frente a las medusas, sus "vejigas" flotan en la superficie del agua, mientras que sus tentáculos permanecen sumergidos. Esto les permite desplazarse y mantenerse en el océano con facilidad. Cuentan con más de un millón de nematocistos en cada centímetro de sus tentáculos.
Los nematocistos son los encargados de causar el dolor y las irritaciones en la piel de las personas que entran en contacto con estos organismos. Pero, ¿qué hace que el veneno de la carabela portuguesa sea tan tóxico? Es una combinación compleja de polipéptidos tóxicos y enzimas de alto peso molecular, que incluyen amoniaco, serotonina e histamina. Además, tiene propiedades hipnóticas y el dolor que causa es extremadamente intenso.
Su presencia en las aguas del Cantábrico asturiano durante los últimos veranos ha sido cada vez más frecuente. Este fenómeno se asocia con el incremento de las temperaturas del agua, que, según los expertos, está relacionado con el calentamiento global del planeta.
Cómo debemos actuar si nos encontramos con algún ejemplar
En primer lugar, se aconseja siempre evitar el contacto con algún ejemplar, ya que su picadura puede resultar muy molesta. El equipo de salvamento destaca que el veneno de esta "falsa medusa" es muy peligroso, señalando que "es como establecer la diferencia entre una avispa normal y una asiática, los efectos son diferentes".
La intensidad de la picadura, junto con la respuesta del organismo de cada persona, puede causar náuseas, fiebre y vómitos. La irritación es siempre incómoda, y en algunos casos, puede dar lugar a reacciones graves que, en personas susceptibles a choques anafilácticos, podrían incluso ser fatales.
¿Y si sufrimos una picadura?
En caso de picadura, son varios los consejos que se pueden seguir para tratar la situación:
- Se recomienda lavar la zona afectada utilizando agua de mar sin frotar, o suero salino, si contamos con este. El hielo seco también puede aliviar los síntomas, que, si persisten, necesitarán atención médica.
- No se recomienda usar agua dulce, ya que podría intensificar los efectos dado que la diferencia de presión osmótica puede activar algunos nematocistos que se encuentren todavía en la piel del afectado, empeorando las lesiones. Tampoco se debe utilizar vinagre, orina, barro ni otros productos similares que pueden causar infecciones bacterianas.
- Además, al retirar cualquier resto de la carabela que pueda quedar en la piel, es importante evitar frotar la zona, así como emplear guantes o algún material no irritante para evitar nuevos contactos.
- Igualmente, también es importante proteger las áreas afectadas de la exposición directa al sol.
- Hay que recordar además que, si se sufre una picadura, se debe informar de inmediato a los servicios de socorrismo de la playa para que puedan intervenir rápidamente, tomando las medidas adecuadas y evaluando la picadura.
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