Gatronomía

El mejor pote asturiano se hace y se come aquí

En uno de los pueblos más recónditos del Principado se cocina este guiso que se coronó como el más rico de este año

Mirta Rodríguez, ayer, durante la recogida del premio.
Mirta Rodríguez, ayer, durante la recogida del premio.A.B.

El mejor pote asturiano se cocina en uno de los pueblos más desconocidos y recónditos de Asturias, y también en uno de los más bonitos. Ayer se celebraba en Oviedo la final del VI Campeonato de España de Pote Asturiano Ciudad de Oviedo, donde los expertos, tras una cata a ciegas de los potes presentados por los quince finalistas que llegaron a la última etapa del certamen, votaron y dictaron sentencia. El procedimiento se llevo a cabo ante notario.

El mejor pote asturiano se cocina en el restaurante El Torneiro de Villayón, es un pote que en lugar de berza lleva nabiza o rabiza, ya que se cocina en este pueblo del Occidente de Asturias donde la tradición apuesta por la hoja del nabo en este tipo de preparación. Además, el guiso, que elabora en su restaurante la cocinera Mirta Rodríguez, también llevaba huesos de bueyes casinos, de la ganadería que la cocinera y su marido crían.

Desde que el restaurante, que también es hotel rural, abrió sus puertas en el año 2007, la cocina de Mirta Rodríguez ha sido siempre sinónimo de excelencia y calidad. El fuego lento y el no tener prisas se nota en los sabores auténticos de los platos que elabora esta cocinera que sigue apostando por mantener las recetas tradicionales.

Además del pote, que obviamente es especialidad de la casa, El Torneiro es famoso por su fabada, las carnes casinas, el repollo relleno y el rollo de bonito. Comida casera y una apuesta firme por los productos locales.

Desde hace diez años, en un afán por ofrecer en el restaurante las mejores carnes de Asturias, el matrimonio comenzó a criar sus propios bueyes casinos, auténtica carne de buey cien por cien asturiana y de crianza propia. Animales que se crían solo pastando en los prados de Villayón, cuidados y mimados durante casi una década.

El reconocimiento obtenido ayer es un impulso más a este pequeño negocio, al buen hacer de las personas que apuestan por arraigarse en su pueblos y también por arriesgarse. Mirta Rodríguez recogió el premio muy emocionada y convencida de que las recetas tradicionales de Asturias pueden ser elevadas al nivel de alta cocina.