Turismo

La piscina de agua salada en la que te puedes bañar y antes era una cetárea

Con entrada gratuita, se rehabilitó en 2010 y durante años fue el lugar donde los marineros descargaban el marisco vivo

La piscina de agua salada en la que te puedes bañar y antes era una cetárea
La piscina de agua salada en la que te puedes bañar y antes era una cetáreaR.L.M

Poder bañarse en el mar es todo un lujo y poder hacerlo en una piscina de agua salada lo es también.

Pero que encima la piscina esté ubicada en uno de los pueblos marineros más bonitos de la costa asturiana y que el agua salada entre de forma natural en el vaso del baño porque está ubicada a la orilla del mar, eso ya no se puede encontrar en ningún lugar más que en este.

En Tapia de Casariego hay una piscina única en el mundo, que era la antigua cetárea donde los pescadores dejaban los mariscos vivos hasta que se consumían. Además de ser una auténtica belleza, es gratuita y hay un grupo de mujeres valientes que van durante todo el año a bañarse a primera hora, llueva, nieve o haga sol.

Zona de baños de la piscina de Tapia.
Zona de baños de la piscina de Tapia. R. L. M.

Tapia de Casariego es por méritos propios uno de los pueblos turísticos por excelencia de Asturias y su piscina es un encanto que también suma. Hay mucha gente que adora los efectos del agua del mar, pero que no le convence la arena de la playa, con lo que en esta piscina es la combinación ideal.

Lo que ahora es una piscina estuvo durante muchos años abandonada, y fue en el año 2010 cuando desde el Ayuntamiento decidieron limpiarla y restaurarla y habilitarla como zona de baños. La remodelación fue un éxito.

La piscina lleva el nombre de Antonio Alonso Bedia "Toño del Moderno", un trabajador municipal que se dedicaba a limpiar la instalación y a cuidarla con mimo y esmero porque era un enamorado del mar.

Hay mucha gente que pasa el día en la playa y que justo antes de regresar a casa se da un baño en la piscina de agua salada para retirar la arena de la playa. El agua de la piscina es cristalina y además el vaso se mantiene limpio durante todo el año. Su ubicación es de cuento, en un acantilado a la orilla del Mar Cantábrico. La piscina tiene una capacidad de 50 personas, y se aprovechan las mareas para limpiar el interior.