Adicciones
Las bebidas energéticas no disminuyen los efectos del alcohol
El 15% de los niños, el 30% de los adultos y el 68% de los adolescentes consumen bebidas energéticas. De estos últimos, el 12% lo hace de forma sistemática
El consumo combinado de bebidas energéticas y alcohólicas "no contrarresta los efectos negativos del alcohol a nivel cognitivo, como la sedación y la descoordinación motora", según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra.
El consumo combinado de bebidas energéticas y alcohólicas "no contrarresta los efectos negativos del alcohol a nivel cognitivo, como la sedación y la descoordinación motora", según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) a partir del aumento de este tipo de consumo entre los jóvenes.
Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, el 15% de los niños, el 30% de los adultos y el 68% de los adolescentes consumen bebidas energéticas, y de estos últimos el 12% lo hace de forma sistemática y, a menudo, en combinación con alcohol, ha informado la UPF.
Detrás de este tipo de consumo se encuentra "la creencia extendida de que las bebidas energéticas contrarrestan los efectos negativos del alcohol sobre el nivel de alerta", avisa la UPF. El estudio elaborado por esta universidad advierte de que se trata de una "falsa percepción"de un mayor nivel de alerta que "podría entrañar un riesgo añadido al realizar actividades complejas que exigen concentración y coordinación, como conducir un vehículo".
Quienes las consumen "también suelen creer que mejorarán su capacidad física y concentración, y que mitigarán los síntomas de la resaca en combinación con bebidas alcohólicas", argumenta el estudio que ha llevado a cabo el Observatorio de Comunicación Científica de la UPF con el Centro Cochrane Iberoamérica en el marco de la cátedra Nutrimedia de esta universidad. Además, el estudio concluye que las bebidas energéticas "no solo no contrarrestan los efectos negativos del alcohol, sino que pueden favorecer la adicción".
La atracción por el sabor o la búsqueda de un plus de energía "parecen ser los motivos que explicarían el aumento del consumo de este tipo de refresco", que "carece de una definición claramente establecida y cuya denominación como bebida energética puede inducir a error", alerta el estudio.
"Lo que parece claro es que la publicidad sobre estas bebidas ejerce gran influencia en las decisiones de consumo, sobre todo en la población joven que, además, desconoce sus posibles efectos", según el estudio.
Efe
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